La reunión del Grupo Socialista era para que los diputados supieran que no podían decidir nada en la sesión de investidura, que la decisión de dejar gobernar a Mariano Rajoy con la abstención estaba ya decidida en el Comité Federal, y que no cabía el voto en conciencia. Así que, con todos los caminos cerrados, los diputados por el “no” insistieron sobre todo en que se acepte una abstención técnica.
Patxi López, que cada vez se alza como portavoz de los ahora críticos y crece como futuro líder del PSOE, indicó que la salida de dejar gobernar a Mariano Rajoy con sólo once abstenciones le parece la mejor salida, “para dejar de hacernos daño”.
Indicó, no obstante, que hay que aceptar lo que dice la mayoría, “porque si no dejaremos de ser partido”, pero pidió ante la anómala situación se busquen otras fórmulas.
También habló Mertitxell Batet en el mismo sentido, diciendo que se busquen soluciones para no ir a una ruptura traumática. Como diputada por el PSC indicó que su partido tiene, “una voluntad inequívoca de seguir trabajando en un proyecto común con el PSOE”. Y añadió: “Nunca ruptura”.
La intervención de la diputada catalana fue acompañada por golpecitos de aprobación en las mesas de los diputados del PSC. Otro que se sumó a la abstención técnica fue el diputado valenciano José Luis Ábalos. Un claro defensor del “no” y de Pedro Sánchez indicó que hasta se ofrecía para abstenerse, pero que no se obligara a todo el grupo a pasar por este trance.
Como la suerte estaba echada, quince minutos antes del pleno acabó la reunión sin poder de decisión alguno. Llegó Pedro Sánchez por “tuit” al Congreso para decir que este juevesvotará que “no” a Mariano Rajoy como el resto de sus compañeros, pero que el sábado, en la votación definitiva, dijo que “será otro día”.
Lo que seguro es que Pedro Sánchez no abandonará el escaño y, si el sábado vota “no”, puede arrastrar a muchos diputados afines a él que hasta ahora decían que iban a respetar lo decidido por el Comité Federal.