«El revocatorio es un derecho de los venezolanos; permitirlo es un tema de madurez política». El general retirado Miguel Rodríguez Torres, compañero de armas de Hugo Chávez durante el golpe del 4-F y ex ministro de Interior con Maduro, ahondó ayer sus diferencias con Nicolás Maduro, a quien acusa de falta de liderazgo. El primer mandatario se deshizo hace dos años del militar, pese a su prestigio entre las Fuerzas Armadas, después de que éste se enfrentara a los colectivos radicales de la revolución.
Las palabras críticas de uno de los militares favoritos del comandante supremo se han convertido en una especie de oráculo para un sector de la revolución que acusa a los actuales líderes bolivarianos de traicionar el credo original del chavismo. De esta forma, suma su voz a la del ex ministro Héctor Navarro y el general Clíver Alcalá Cordones, quienes exigen, junto a la corriente crítica Marea Socialista, la celebración del referéndum para revocar al hijo de Chávez.
Rodríguez Torres también alertó de que «Venezuela está transitando una situación de peligro, porque en cualquier momento puede haber una ruptura institucional». Quien también fuera jefe de los servicios de Inteligencia subrayó que «es peligroso porque se está jugando con candela«. En los últimos días, en medio de una devastadora crisis social, económica y política, unos y otros han evocado la reaparición del fantasma del golpe de estado y del autogolpe.
«Cerrar las puertas a la democracia es abrirlas a la violencia. Por ello, el referéndum es una alternativa. Ésta fue impulsada por Hugo Chávez en su momento, quien además tuvo la madurez para realizarlo», recordó el militar, considerado como uno de los delfines del creador de la revolución. Chávez solventó un referéndum revocatorio, propuesto por la oposición de entonces, hace 12 años.
Para este militar, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) «vive» los mismos problemas y la misma «angustia» que el resto de los venezolanos.
La estabilidad del país, «en riesgo»
El país ha observado con estupefacción el rifirrafe protagonizado por el actual ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, y el presidente de la Asamblea, Henry Ramos Allup. «Involucrar a la Fuerza Armada en la diatriba es un error; se está poniendo en riesgo la estabilidad del país», aseguró tajante Rodríguez Torres en Circuito Éxitos.
Fue Padrino López quien cargó contra el Parlamento tras declararse en rebeldía, acusando a los diputados de «promover la injerencia y la intervención extranjera» y amenazándoles con que «se toparán con los hijos de Chávez», para terminar su mensaje con el tradicional «Chávez vive, la lucha sigue».
Ramos Allup le contestó de forma airada, tildando al militar de ser «el principal alcahuete del irrespeto a la Constitución», lo que provocó un rifirrafe (empujones e insultos) entre miembros de ambas bancadas parlamentarias.
Rodríguez Torres criticó las ofensas de un sector de la oposición contra la FANB, «un error porque están metiendo en el mismo pote (saco) a todo el mundo. Hay una gran cantidad de oficiales en la frontera patrullando y protegiendo».
No piensa lo mismo el otro general crítico, Alcalá Cordones, quien ayer censuró el «tono de Padrino López, que nos pone a todos a pelear cuando se está pidiendo la solución de la crisis».
El ‘suicidio del madurismo’
Precisamente en un artículo publicado en la web radical Aporrea, revolucionaria pero crítica con el gobierno, se asegura que «al parecer el madurismo ha decidido suicidarse». Javier Antonio Vivas Santana predice una «implosión política» en la lucha por el poder dentro de la «corriente neototalitarista» de Maduro, en donde confluyen «las más nefastas vinculaciones de ultraderecha y ultraizquierda, claramente vinculadas con lo peor del pensamiento fascista, nazista y estalinista».
Ajeno al vendaval de crítica, Nicolás Maduro declaró ayer en sesión permanente al Consejo de Defensa de la Nación, una sesión a la que no acudió Henry Ramos Allup. El presidente mostró una silla vacía y un cartel con el nombre del político al que más tarde tildó de «un viejito bien farsante«. Una hora antes, el presidente del Parlamento había rechazado su presencia en el Palacio de Miraflores para no hacer «el payaso» en ese «teatro donde quieren acusar a la Asamblea».
Maduro contó con el respaldo de dos militares en el Consejo de la Nación, además de la fiscal, el Defensor del Pueblo, el Contralor de la República, el vicepresidente Aristóbulo Istúriz y varios ministros. Uno de los uniformados fue precisamente el polémico Vladimir Padrino López.