El ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez tiene ante sí la encrucijada de decidir qué camino escoger ante la segunda votación de este sábado en el Congreso para investir a Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.
Sánchez cuenta con cinco posibles salidas, aunque todas ellas entrañan serias consecuencias que pueden afectar a su futuro en caso de que decida aspirar a ser otra vez secretario general en el congreso federal que el PSOE tiene que convocar en los próximos meses.
Éstas son las alternativas que tiene Sánchez ante la decisiva votación de este sábado:
Abstención
Si Sánchez facilita la investidura, acatará el mandato del Comité Federal aprobado el pasado domingo de abstenerse en la segunda votación.
Este paso sería visto como una ‘desautorización’ a sí mismo después de defender el «no es no»durante diez meses a capa y espada.
Sin embargo, algunos de sus afines están convencidos de que desechará esta opción. «Lo que es seguro, es que no se va a abstener«, señala a EFE uno de ellos.
Votar no
Reafirmarse en el voto en contra a Rajoy le convertiría en el primer ex secretario general del PSOE en desobedecer al Comité Federal, el máximo órgano del partido, y en romper la disciplina de voto.
Para sus críticos, el desacato le «invalida» para volver a ser el líder del partido en caso de que pretenda concurrir a las primarias, visión que comparte alguno de los fieles al exlíder del PSOE.
Además, Sánchez correría el riesgo de recibir una sanción del partido que, según los estatutos, podría llegar a la expulsión en el caso más extremo.
Renunciar al acta antes
La vía por la que se inclina un sector de los diputados es que Sánchez deje su escaño antes de la votación para no saltarse la disciplina de voto.
Tiene de plazo hasta las 14.00 horas del sábado, para presentar su renuncia ante el Registro del Congreso, si bien para que tenga efecto antes de la votación, tiene que ser calificada por la presidenta del Congreso, Ana Pastor.
Votar no y dejar el escaño
Otra solución sería votar no a Rajoy, para ser coherente con la tesis sostenida desde las elecciones generales del pasado 20 de diciembre, y a renglón seguido, renunciar a su acta de diputado al desobedecer a la consigna del Comité Federal.
Ante la militancia, seguiría siendo el estandarte del no a Rajoy, aunque la gestora podría igualmente castigarle por su desacato.
Ausentarse
Una última escapatoria sería la de no asistir al hemiciclo, dejar vacío su escaño y no verse obligado a votar, lo que sería una manera suave de romper la disciplina de voto y la sanción podría ser más leve.
«Sería comprensible que se ausentara», le excusa un diputado tras recordar que después de haber defendido el no durante meses, no tiene sentido que se abstenga.
Para los detractores de Sánchez, esta opción no es seria porque su deber como diputado es votar junto al resto de compañeros y quizá tampoco sería ejemplar.