La vinculación de La Gomera con el mar y con América es tal que desde hace años la Isla se ha convertido en el punto de partida de un reto descomunal: cruzar el océano Atlántico a remos. Días antes de la partida las calles de San Sebastián se llenan de personajes particulares, como sólo son todos aquellos a los que les gusta enfrentarse a retos que, para el resto de los mortales, pueden parecerles imposibles. Hablamos de Talisker Whisky Atlantic Challenge, una competición que a partir de esta edición se repetirá anualmente y que es considerada una de las mayores carreras deportivas del mundo. No es para menos. Unos hombres que se lanzan a cruzar el Atlántico hasta Barbados impulsados tan sólo por la fuerza de sus brazos, las ansias de aventura y ganas de superación para ayudar a alguna causa humanitaria.
El Cabildo de La Gomera desde un principio apoyó a esta llamativa iniciativa en todas y cada una de sus ediciones. El presidente de la institución insular, Casimiro Curbelo Curbelo, considera que se trata de una regata que tiene un destacado interés para la proyección turística de La Gomera. “Hablamos una competición deportiva considerada la más dura en su modalidad”, indica. El también diputado regional indica que la vinculación de esta regata con la Isla tiene su origen en la gesta colombina. Resalta, además, que la recaudación se emplea en fines benéficos, por lo que resulta doblemente atractivo y oportuno apoyar la regata.
La partida está programada para el próximo 14 de diciembre, por supuesto desde La Gomera. En esta edición participan 13 equipos, un número ligeramente inferior al de anteriores ediciones. De éstos siete vienen de Inglaterra, tres de Estados Unidos, uno de Sudáfrica, otro de Irlanda del norte, uno más de Escocia y otro de Ucrania.
Todos y cada uno de ellos intentarán remar a lo largo de 3.000 millas náuticas desde La Gomera hasta Antigua en el Caribe. En estos momentos el record está en 37 días y se han alcanzado cinco premios Guiness en 2015. “Los equipos están preparados para conquistar el océano Atlántico en el más épico de los retos”, indica la organización.
En las ediciones de 2013 y 2015, se consiguió reunir cerca de 3,3 millones de euros que fueron entregados a causas sociales. Y es que otra de las características de estas carreras es que los participantes deben contribuir a algún acto solidario. Por ejemplo, se puede encontrar quienes eligen destinar los fondos a la lucha contra el alzheimer, o para tratar las enfermedades mentales, al diagnóstico temprano de cáncer, para ayudar a los niños que precisan de una operación de reconstrucción facial o para luchar contra la melanoma. La elección de cada una de estas causas suele estar motivada, en la mayoría de las ocasiones, por cuestiones personales o problemas vividos en el entorno de los deportistas.
En esta edición se puede encontrar un equipo formado por cuatro mujeres inglesas y otros tantos que han optado por enfrentarse a la travesía en solitario, entre ellos, una escocesa. En cada edición suele haber una anécdota o un equipo que rompe la norma; por ejemplo en la última participaron militares que habían sufrido mutilaciones en actos de servicio o la de menores que deben contar con el permiso previo de sus padres.
Otra de las novedades de esta edición es que el canal televisivo National Geographic hará un seguimiento a la competición, junto con el equipo habitual de Talisker que rueda estos retos. Precisamente, este año se han podido ver dos documentales rodados en la carrera de 2015; uno de ellos era sobre un equipo formado por madres inglesas que participaban en este tipo de competiciones por primera vez. Pero en total serán cerca de veinte candenas televisivas de todo el mundo las que darán a conocer la carrera y sus entresijos y anécdotas. Entre ellas está Sky Reports en Inglaterra, MTV en España, National Geographic Channel de Asia, RTL7 de Noruega y Eurosport de Italia y Escandinavia.
El organizador de la carrera Carsten Heron Olsen, señala que en esta edición no sólo esperan alcanzar un nuevo nivel más elevado, sino también convertir la carrera en una fantástica oportunidad para enseñarle al mundo los fenomenales valores de estas personas que se lanzan a cruzar el océano Atlántico impulsados tan sólo por la fuerza de sus brazos y de contribuir a una causa solidaria. “Equipos de todo el mundo se encuentran en La Gomera desde el día tres de diciembre para tenerlo todo preparado, entrenar y hacer que el barco esté en condiciones antes de que comience la carrera el 14 de diciembre”, indica.
Las reglas dejan claro que los equipos sólo pueden estar formados desde uno hasta un máximo de cinco tripulantes. Las embarcaciones deben medir entre 7,5 a 9 metros de largo. Heron Olsen nos recuerda que los equipos están obligados a contar con toda la comida que van a necesitar durante la travesía que debe ser seca para garantizar su conservación. Un dispositivo permitirá que el agua del mar se convierta en potable y pueda ser bebida por los participantes.
Sobre la elección de La Gomera como punto de partida el organizador indica: “Para nosotros es el lugar perfecto en el que comenzar la carrera. Históricamente es interesante porque nuestros equipos inician su viaje en el mismo punto en el que lo hizo Cristóbal Colón, con una ruta parecida”. Además, alaba la colaboración prestada por el Cabildo, el Ayuntamiento de San Sebastián y la Marina. “La gente de La Gomera siempre nos ha recibido muy bien y los miembros de los equipos notan esa atmósfera de amistad en cuanto llegan a aquí”.
Habitualmente la carrera suele extenderse de 70 a 80 días. Los remeros necesitan comer entre 4.500 y 6.000 calorías por jornada, pero aún así pierden de 5 a 15 kilos durante la competición. Heron Olsen indica que “el mayor reto es mental en cuanto que no resulta sencillo que se pueda abandonar el bote. En otras carreras es posible parar pero en nuestro caso es muy complicado detenerse en mitad del Atlántico”. No obstante, por motivos de seguridad, cuentan con dos yates de soporte a los cuales la mayoría de los participantes nunca recurren y ni siquiera ven, a no ser que se enfrenten a un grave problema.
Uno de los participantes es Stuar Connacher, llegado de Sudáfrica quien ya compitió en solitario en 2015 y ahora lo hará con dos personas más. Su motivación asegura que principalmente se basa en recaudar dinero para la ONG, Smile Fundation. “Volver a La Gomera a participar en la carrera supuso para mí una decisión muy sencilla si piensas que tienes en tus manos la posibilidad de cambiar la vida de 300 niños nacidos con defectos congénitos en su rostro o que han sufrido quemaduras y que por lo tanto deben ser sometidos a cirugía plástica”.
Cuando se le pregunta si tiene miedo al reto responde sin dudar: “Ninguno amo el océano y todo lo que nos ofrece. El único temor real es no conseguir cumplir el compromiso con Smile Fundation”. En cuanto a la preparación requerida indica que “desafortunadamente en esta ocasión se ha limitado a entrenar en tierra. Aunque no es lo ideal, creo que lo realmente importante es que somos un equipo fuerte que desea salir al mar y disfrutar de nuestro reto”.
Reportaje elaborado y remitido por el Cabildo de La Gomera