El gobierno de Nicolás Maduro ha aflojado la cuerda que ahorca a la oposición. La madrugada de este 31 de diciembre fueron liberados en Caracas siete presos políticos: Manuel Rosales, excandidato presidencial y líder del partido Un Nuevo Tiempo (UNT); Leocenis García, editor del extinto diario Sexto Poder, y los jóvenes Gerardo Carrero, Skarlyn Duarte, Nixon Leal, Yeimi Valera y Ángel Contreras.
Manuel Rosales estaba detenido desde el 15 de octubre de 2015. Ese día había regresado en un avión a Venezuela, tras un exilio de seis años, para enfrentarse al Gobierno de Maduro. Pero al momento de aterrizar en el aeropuerto internacional de La Chinita, en el Estado de Zulia (occidente de Venezuela), fue arrestado por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).
A Rosales se le acusó de corrupción durante su administración como gobernador del Estado de Zulia. Antes de su detención era uno de los perseguidos más codiciados por el Gobierno venezolano. Este político fue contrincante de Hugo Chávez en las elecciones presidenciales de 2006. “Seguimos en la lucha por la liberación de todos los presos políticos y el regreso de los exiliados… Con mis principios intactos y la fe puesta en Dios y en la (virgen de la) Chinita, sigo en la lucha por el cambio y la prosperidad de Venezuela”, escribió en su cuenta de Twitter.
El inestable diálogo
La liberación de los presos políticos ocurre una semana después de que Jesús ChuoTorrealba, secretario general de la coalición Mesa de la Unidad Democrática(MUD), anunciara que la oposición no continuaría en la mesa de diálogo con el Gobierno hasta que se materialice una serie de pactos. “Queremos que los mediadores verifiquen in situ el incumplimiento de los acuerdos por parte del Gobierno”, dijo Torrealba.
La liberación de los presos políticos es una de las principales peticiones de la oposición para avanzar en un dialogo con el chavismo. Pero el régimen de Maduro extrañamente da treguas a sus contrincantes. Alfredo Romero, director de la ONG Foro Penal Venezolano, afirma que este año han salido de la cárcel 46 presos políticos, mientras otras 56 personas han sido arrestadas por adversar al Gobierno.
Yon Goicoechea, un exlíder estudiantil, es uno de los detenidos que espera su liberación. El dirigente político fue capturado el 29 de agosto por agentes del Sebin que, supuestamente, hallaron detonantes para explosivos en su propiedad. Su defensa argumenta que se trata de un montaje para restar fuerzas a la oposición. Este prisionero es militante de Voluntad Popular (VP), el partido político fundado por el exalcalde del municipio caraqueño Chacao Leopoldo López, que cumple una condena de casi 14 años en la cárcel militar de Ramo Verde desde febrero de 2014 por encabezar una seguidilla de protestas contra el gobierno de Maduro.
El Gobierno de España concedió la nacionalidad a Goicoechea por considerar que se encuentra en una situación “arriesgada”. Su esposa, Rosaura Valentini, ha exigido que sea liberado de inmediato. “Hace tres semanas las autoridades venezolanas debieron pronunciarse por la medida cautelar que recibió Yon Goicoechea. ¡Merece estar libre!”, escribió en su cuenta de Twitter.
Hasta ahora están encarceladas 103 personas consideradas prisioneros políticos en Venezuela. La oposición no descarta que en las próximas horas ocurran nuevas liberaciones.