Radio Televisión Canaria (RTVC) quiere dejar constancia de su total rechazo al ataque que han sufrido en los últimos días las presentadoras de las Campanadas de Fin de Año Eloísa González y Yanely Hernández. RTVC mantiene un respaldo total y absoluto a la profesionalidad de estas mujeres y a su derecho a tomar sus propias decisiones sin tener que aguantar insultos como “trozos de carne”, profesionalidad que, además, ha sido avalada por la audiencia del Archipiélago, con un 64,4% de cuota de pantalla.
En una sociedad democrática e igualitaria, como la que RTVC defiende, nadie tiene derecho a imponer criterios de moral privada recortando el escote o alargando la falda de profesionales de acreditada experiencia y capacidad de decisión. La valía de una mujer no se define por su vestuario ni por incidentes fortuitos sino, al igual que en el caso de los hombres, por su trabajo y dedicación. Por ello, el Ente público rechaza expresiones como las que vinculan la dignidad de todas las canarias a la vestimenta de las presentadoras, como si esta dependiera de un vestido. Además, RTVC expresa su tolerancia cero al juego perverso y machista del debate surgido presuntamente al amparo de la defensa de la mujer cuando en realidad se la agrede gratuitamente cuestionando y censurando su ropa como elemento definitorio de su calidad humana y profesionalidad.
Desde diversas instituciones se ha alertado sobre el incremento de comportamientos machistas peligrosos en las relaciones de los jóvenes. Así, denuncian que estos comienzan a manifestarse especialmente mediante el control de la vestimenta y arreglos corporales. Con frases como “trozo de carne que debe mostrar cacho”, “atuendos poco apropiados” y la insinuación de que una mujer debe ser vestida o que pierde su dignidad si no cumple unos cánones morales, poco se ayuda a trasladar un mensaje de igualdad y libertad. La imagen de la mujer debe ser respetada en todos los sentidos y una anécdota no debe ser excusa para la manipulación y la agresión.
RTVC seguirá trabajando por la defensa de la igualdad y dignidad de todas las mujeres, no solo porque lo estipula la ley, sino porque forma parte de su esencia y cree en una sociedad canaria libre e igualitaria en el que las mujeres no deberían justificarse.
En unos tiempos en los que un suceso fortuito adquiere dimensión global por su proyección a través de las redes sociales, las personas con responsabilidades públicas deben ser especialmente cuidadosas en el trato de la información y la calificación y esforzarse por no atacar a las víctimas del disparate machista: las mujeres.