Cuando un gobierno desconoce cuáles son sus competencias en todas sus consejerías para garantizar la igualdad de oportunidades de los canarios y canarias en todas y cada una de las islas, me acuerdo de aquello de “Houston, tenemos un problema”.
Hay algunas áreas de responsabilidades que son transversales y vertebran una región: sanidad, educación, obras públicas, transportes, servicios sociales y empleo. Creo entender a este Gobierno de Clavijo que es mejor que estas áreas sean desarrolladas por cabildos, con la excusa de que conocen mejor la realidad insular.
Esto deja una triste reflexión. Este gobierno no estima conveniente conocer los problemas reales de sus islas, sino que prefiere transferirlos en una especie de reino de taifas que tuvo su sainete antológico en la última Comisión de Cabildos. Está claro que las políticas del Gobierno autonómico deben ser iguales para toda la ciudadanía canaria, teniendo en cuenta las necesidades reales de majoreros, herreros, palmeros, gomeros…
Lo cierto es que Canarias no puede soportar más este enquistamiento donde diferentes grupos insulares se coalicionan para formar una estructura de poder absolutamente desideologizada pero, eso sí, con el timple en la mano.
No dudo de las buenas intenciones de cualquier canario de a pie de luchar por su tierra, pero no entiendo y nunca entenderé que entre todos permitamos que la tercera fuerza en votos sea siempre la que gobierna, ya sea coaligada pero llevando los dineros, ya sea en minoría, con acuerdos en unas legislaturas con unos partidos y luego con otros en otras, en función de sus intereses partidistas, con la finalidad de instalarse en el poder, rebajando el debate intelectual a niveles de clientelismo y pandereta.
Por eso creo que es hora de hacer números reales. Las fuerzas conservadoras no alcanzan una mayoría parlamentaria. Sin embargo, las fuerzas progresistas, sí. Y ahí estamos, en esa eterna piedra en el camino que es el llegar a acuerdos.
En lo que atañe a La Gomera, no tengo ninguna duda del origen de los votos de los compañeros de ASG, entre otras cosas porque la derecha, ya sea PP o CC, jamás ha tenido una representación destacada en nuestra isla. Hay muchos factores sociológicos que lo explican, pero que no vienen al caso.
Pero sí llama la atención el papel de árbitro de ASG en este tablero de ajedrez. Quizá por rencillas personales (la eterna batalla), quizá por una cuestión meramente mercantilista de la política, el hecho es que no me termina de cuadrar esta ecuación. Eso sí, llama la atención que quienes criticaban al PSOE por llevar a una persona cuestionada en sus listas, sean los mismos que corran a buscarlo para sumar las cuentas que no le salen en el Parlamento.
Por eso, invito a los compañeros socialistas de ASG a una profunda reflexión. Conozco bien la forma de trabajar de algunos y su manera de entender y luchar por su isla; por eso no termino de entender que no se hayan sumado al bloque progresista de Podemos, PSOE, Nueva Canarias e, incluso, en los últimos días el PP para un verdadero cambio . Necesitamos cambiar estas estructuras de poder, abrir las ventanas y que corra el aire. Ese espíritu pragmático y tecnocrático en el que se ha convertido CC, con un reparto de tareas en las áreas condicionadas por la isla de procedencia, necesita ser eliminado.
Los resultados de ASG en La Gomera fueron realmente extraordinarios. Aquella caza de brujas que hubo en el PSOE acabó formando un efecto mariposa que nos ha dejado fuera de gobierno de casi todas las administraciones de la isla, y fue realizada por personas que tienen nombre y apellidos, pensando más en las luchas personales que en el interés de la isla. Es, sin duda, otro debate y necesitamos en ese sentido depurar responsabilidades.
Decía Chomsky que si asumes que no existe esperanza, entonces garantizas que no habrá esperanza. Si asumes que existe un instinto hacia la libertad, entonces existen oportunidades de cambiar las cosas