Los grupos políticos de la Eurocámara elevaron este miércoles el tono contra las últimas decisiones del nuevo presidente de EEUU, Donald Trump, como el veto a los refugiados e inmigrantes, y criticaron que haya propuesto a un europeísta como embajador estadounidense ante la UE.
Los grandes grupos de la Eurocámara, incluidos populares y socialdemócratas, mostraron su rechazo al nombramiento de Ted Malloch como embajador de EEUU ante la Unión Europea (UE) por sus declaraciones antieuropeas y reclamaron que los Gobiernos europeos se hagan respetar ante el socio estadounidense tras los ataques a los valores comunitarios.
El líder del Partido Popular Europeo (PPE), Manfred Weber, señaló que la UE «no puede acreditar a alguien como Malloch, que dice que el euro está en su recta final, que el ‘Brexit’ es solo el principio del fin. Es imposible colaborar con alguien así».
Tanto Weber como su homólogo de los socialdemócratas, Gianni Pittella, coincidieron en reclamar a la primera ministra del Reino Unido, la conservadora Theresa May, que no siga «la senda de egoísmo» de Trump de forma que el «brexit» se convierta en «un caballo de Troya para destruir la Unión Europea».
Pittella fue más allá al pedir a los gobiernos de la UE que se comprometan a no invitar a Trump a suelo comunitario hasta que no cambie su postura de hostilidad a la Unión Europea.
En el debate, introducido en la agenda como punto extraordinario, la alta representante para la Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, confirmó que el veto de entrada en EEUU a los refugiados no afecta a aquellos ciudadanos europeos con doble nacionalidad de alguno de los países afectados con mayoría musulmana.
Así lo habría aclarado el Departamento de Estado de EEUU a la vicepresidenta de la Comisión Europea, que señaló que el hecho de que no afecte a europeos «no cambia la postura europea» respecto a las medidas.
«Hemos ya dejado clara la opinión de la Unión Europea. A nadie se le puede privar de sus derechos por su lugar nacimiento, etnia o religión. Eso está escrito en nuestras constituciones de EEUU y la UE», añadió.
Mogherini se lamentó ante los eurodiputados de que la orden ejecutiva de Trump se dictara el año de rememoración del Holocausto, una fecha «para conmemorar a los que huyen de la persecución y reprobar la discriminación».
La jefa de la diplomacia europea dejó claro que la UE «no devolverá a nadie que tenga derecho a protección» internacional, pues «sería inmoral, injusto e ilegal».
Mogherini apuntó que, aunque en el pasado EEUU haya sido siempre la tierra de las oportunidades y la esperanza, ahora Europa «es el punto de referencia que el mundo necesita ver».
«Los europeos deben creer en sí mismos igual que desde fuera creen en nosotros», señaló la jefa de la diplomacia europea sobre el papel de la UE como última esperanza de la defensa de los derechos humanos y la cooperación internacional.
Los únicos «aliados» de Trump en el debate extraordinario en la Eurocámara fueron los grupos parlamentarios que lideran los euroescépticos Nigel Farage (Europa de la Libertad y la Democracia Directa) y Marine Le Pen (Europa de las Naciones y la Libertad), que defendieron que el nuevo presidente de EEUU cumpla sus promesas electorales y cierre sus fronteras por la seguridad nacional.
«A ustedes les irrita Trump porque es alguien que ha ganado unas elecciones democráticamente y que cumple sus promesas. Es una verdadera democracia que no tenemos aquí», ironizó el eurófobo Farage, quien dijo que sus colegas adolecen de «antiamericanismo».
Ayer martes el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, calificó de «preocupantes» las declaraciones del nuevo Gobierno estadounidense de Donald Trump y consideró que, sumado a otros factores, contribuye a hacer el futuro «impredecible».
En la carta de invitación dirigida a los líderes de los 27 países de la Unión Europea (salvo Reino Unido) de cara a la cumbre informal del 3 de febrero en Malta, Tusk advierte además de que el cambio en Washington «pone a la UE en una situación difícil».