La senadora de NC, María José López Santana, ha registrado dos iniciativas parlamentarias en las que exige al Gobierno la adopción de medidas para que se represente correctamente la situación geográfica de Canarias en los mapas.
Quiere esta senadora por Gran Canaria que «se represente correctamente la situación geográfica física y política» del archipiélago canario, tanto en los mapas de los libros de texto como en las publicaciones oficiales de la Unión Europea.
Con este fin, ha presentado dos mociones ante la Comisión de Educación y Deporte y ante la Comisión Mixta para la Unión Europea, para acabar con la «confusión» que todavía hoy existe en torno a la ubicación geográfica de las Islas Canarias y a cómo el archipiélago «desaparece» en algunos mapas, o es situado en un enclave artificial mediante un recuadro al sur de las Baleares en otros.
López Santana se queja de que los canarios no sólo afrontan dificultades específicas derivadas de la geografía de las islas, como la fragmentación del territorio y la lejanía del continente, sino que «también desaparecen de los mapas, con la consiguiente invisibilidad de la realidad y de las condiciones vitales a las que han de enfrentarse».
A su juicio, es necesario insistir en la importancia que tiene para los canarios que en el resto del Estado se conozca con rigor y exactitud dónde se encuentra el archipiélago, cuál es la distancia que les separa de la Península, e incluso la existente entre las propias islas.
Por ejemplo, recuerda que entre las islas de El Hierro y la de Lanzarote hay 612 kilómetros, más que entre Madrid y A Coruña (597 kilómetro).
La colocación de Canarias en los mapas ha sido objeto de polémica durante años, hasta el punto de que en 1995 el entonces ministro para las Administraciones Públicas, el canario Jerónimo Saavedra (PSOE), presentó un nuevo mapa oficial de España, que colocaba al archipiélago en el Atlántico, en una posición más próxima a su situación real.
Cuatro años después, el ministro de Fomento de entonces, Rafael Arias Salgado (PP), presentó el nuevo Mapa General de España, que ubicaba al archipiélago canario en su correcta posición relativa (zona suroeste) y ampliaba las aguas del océano Atlántico.