Más allá de los muros del Parlamento, las sedes del Ejecutivo regional, los cabildos o los ayuntamientos existe una realidad que sufren miles de canarios, a los que nos debemos los representantes públicos, y que, más allá de las siglas, necesitan soluciones.
Centrar el debate en la autoría de las iniciativas, tal y como sucedió esta semana en muchos de los asuntos que se debatieron en la Cámara autonómica, o convertir las redes sociales en un “campo de batalla”, para arrojarse acusaciones entre partidos, no es el camino.
Canarias requiere más generosidad y consenso; mayor apuesta por el interés general, el entendimiento o la igualdad, sin importar la isla de residencia y, por consiguiente, menos partidismos. Es decir, más defensa de las personas y menos vehemencia de los partidos.
Es de agradecer el creciente interés por las islas no capitalinas, pues, aunque cabría preguntarse hasta qué punto es real esta preocupación cuando se sostiene también la conveniencia de restar participación parlamentaria a estos territorios, sin duda, cuantas más voces se hagan eco de las diferencias que aún separan a los canarios, más fácil será alcanzar la equidad.
No obstante, las sombras ganan terreno cuando la rivalidad política se antepone a la búsqueda de alternativas frente a dificultades como los sobrecostes de la doble insularidad o la carestía de los transportes interinsulares, que en Canarias son tan esenciales como la sanidad o los servicios públicos, pues sin ellos resulta imposible la cohesión del Archipiélago.
Agrupación Socialista Gomera (ASG) se sumó en el último pleno del Parlamento a la demanda para incrementar hasta el 75 por ciento las subvenciones en los vuelos para residentes en islas no capitalinas. Sin duda, la propuesta, finalmente aprobada y que en consecuencia se trasladará al Gobierno, es muy positiva, pero no podemos quedarnos ahí. Hay que incluir también el transporte marítimo.
La aspiración de ASG es que se pueda viajar entre islas a coste cero. Apostamos por fijar una tarifa máxima para avión y barco, con la que se evite que los precios aumenten a medida que crezcan las ayudas, pero habrá que seguir trabajando. En este asunto no hubo acuerdo y se argumentó que la idea no era novedosa.
“Nosotros ya llevamos la tarifa única para volar entre islas en nuestro programa electoral”, vinieron a decir algunos, mientras que otros enumeraron los posicionamientos de partidos propios y ajenos a lo largo del tiempo. Pero ¿qué más da?
¿Realmente creemos que al gomero, al herreño, al palmero, al conejero, al majorero o al graciosero lo que le interesa es un nombre? ¿Acaso no los representamos mejor si conseguimos abaratar los costes, para que todos tengamos las mismas opciones para ir al médico, a estudiar o acudir a cualquier centro de referencia ubicado en islas capitalinas?
¿Lo que el ciudadano necesita es que se reduzcan las listas de espera, se eleve el número de especialistas y mejoren las dotaciones, o saber quién es el culpable de la precaria situación que padecemos – más de 100.000 canarios pendientes de ser atendidos, islas como La Gomera sin traumatólogo o centros de salud en los que no puede entrar una camilla, como el de Valle Gran Rey?
Por no hablar de los 229.900 canarios desempleados o las 17 mujeres asesinadas en España en apenas dos meses y todas las otras que murieron antes sin que hayamos encontrado una solución a la violencia machista. ¿Se justifican en estos casos las atribuciones de éxitos?
Son muchas las cuestiones que, por el bien social, el progreso y la justicia a la que todos, sin distinción, tenemos derecho, requieren más unidad y menos protagonismo.
Casimiro Curbelo, Diputado autonómico y presidente del Cabildo de La Gomera