s un hito histórico en la historia de Pasapalabra. Julio Escartín ha conseguido alzarse con el bote de Pasapalabra en su primera participación al completar las 25 palabras del Rosco. De esta forma, este profesor de música en un instituto de Zaragoza ha logrado llevarse los 318.000 euros del bote del programa de Telecinco imponiéndose a Pablo Díaz, concursante de 20 años que había sumado 47 participaciones consecutivas. Díaz se marcha del programa con 49.800 euros acumulados y tras haberse quedado en varias ocasiones a las puertas del bote.
El Rosco de Pasapalabra arrancó este martes con Pablo Díaz acertando 15 palabras consecutivas. El hasta ahora campeón llevaba 18 aciertos y Julio solo cuatro cuando este, del tirón, ha recortado la distancia resolviendo nueve enunciados. Al completar la primera vuelta, Pablo contaba con 22 aciertos, mientras que Julio ya había alcanzado los 20, en un interesante duelo de cara a la recta final del programa.
Pero la letra U se le ha resistido a Pablo Díaz, quedándose a solo una palabra de llevarse el bote, mientras que Julio Escartín ha logrado acertar en la segunda vuelta los cuatro enunciados que le faltaban. La palabra que le ha dado los 318.000 euros ha sido Moncayo: «Contiene la Y: montaña más alta del Sistema Ibérico».
Licenciado en Psicología, Julio Escartín ejerce como profesor de 1º de la ESO en el Instituto de Educación Secundaria Miguel Catalán en Zaragoza. Compaginó sus años de carrera con sus estudios de piano, pero la preparación de las oposiciones a profesor le llevó a abandonar su pasión por este instrumento. Casado y con cuatro hijos, es un melómano apasionado de la música clásica y del teatro musical.
Como explica Telecinco, Escartín es un apasionado del programa y hace dos años decidió presentarse al proceso de selección del concurso. Desde entonces ha estado preparándose haciendo roscos e incluso llegó a crear un diccionario inverso en el que primero aparecen las definiciones y luego las palabras, con casi 80.000 definiciones. Tras llevarse el bote, le gustaría comprarse un piano de cola, realizar un curso de dirección de orquesta en Londres y cubrir económicamente las necesidades académicas de sus hijos.