La noche de este domingo 26 de marzo se cambia la hora por primera vez en 2017 y se adelantan los relojes una hora. Es decir, en la madrugada del sábado al domingo las dos de la madrugada pasarán a ser las tres (una hora menos en Canarias), por lo que se perderá una hora de sueño. Este cambio horario es parte de una directiva europea que afecta a todos los Estados miembros de la Unión y que pretende aprovechar mejor las horas de luz solar y consumir menos electricidad.
Dos veces al año —habitualmente el último domingo de marzo y el último de octubre—, los europeos ajustan los relojes para cumplir la directiva comunitaria 2000/84/CE. Para determinar el momento de los cambios horarios, se tuvo en cuenta el hecho de que en España existen dos horas oficiales, una para la Península y el archipiélago balear y otra para Canarias, que va una hora por detrás desde 1922. Este cambio se aplicó por primera vez durante la I Guerra Mundial para mantener abiertas las fábricas una hora más. De hecho, uno de los argumentos que defienden este adelanto horario es el beneficio para el comercio.
Fue en el año 1943 cuando España decidió adelantar los relojes 60 minutos. Algunos expertos aseguran que aquel “gran error histórico” explica que en la Península se coma y se cene más tarde que en el resto de Europa.