El Ayuntamiento de San Sebastián de La Gomera ha hecho balance este jueves de la evolución del aula de Silbo, que comenzó este año por primera vez y donde, a algo más de un mes de conclusión de las clases, cuenta con once alumnos que ya han logrado un gran avance, en lo referido a la técnica del sonido.
La Concejala de Cultura, Vanesa Vizcaíno, alabó la perseverancia y el esfuerzo con el que “en este primer año de vida del aula municipal de silbo, el alumnado ha logrado un notable aprendizaje, que no es tan sencillo como a priori podría parecer, y donde la mayoría de ellos han conseguido ver resultados a mitad del curso, fruto de horas de trabajo y prácticas, muchas veces en el propio domicilio”.
Ahora, el siguiente reto al que se enfrentan los alumnos será continuar progresando en la correcta entonación de las palabras. Un esfuerzo en el que están inmersos y que supondrá una evolución que no concluirá cuando dentro de un mes y medio finalice el primer año de clase. Por este motivo, Vizcaíno adelantó la intención de la Corporación Local de dar continuidad a este proyecto que ha permitido que San Sebastián de La Gomera cuente, por primera vez, con un aula de aprendizaje de silbo para adultos.Asimismo, la edil indicó que “como parte de la experiencia que supone el aprendizaje del silbo, el alumnado ha podido realizar varias prácticas en exteriores. Este hecho les ha permitido modular su forma de silbar, y adaptar la escucha a la realidad de una tradición utilizada antaño para comunicarse a largas distancias”.
Finalmente, tuvo palabras para aquellos que, ilusionados con el aprendizaje del silbo, y ante la falta de resultados a corto plazo, vieron mermado su intento, invitándoles a “darse una nueva oportunidad el próximo año, participando en una experiencia que va más allá del aprendizaje y que supone preservar una tradición arraigada en lo más profundo de los gomeros”.
En otro orden de cosas, son nueve las vecinas que se encuentran formándose en bailes folclóricos en el aula municipal y donde han aprendido, hasta ahora, el baile del tambor, la folía, la polka, la seguidilla y la mascarita. Una enseñanza que hasta ahora ha encontrado un escollo, la falta de participantes masculinos.