El Servicio de Criminalística de la Guardia Civil (Secrim) ha logrado desbloquear el teléfono móvil iPhone 6 de Diana Quer, que pasó dos meses en el agua y que fue hallado por un mariscador el pasado 27 de octubre en una ría en las inmediaciones del muelle de Taragoña, en la localidad coruñesa de Rianxo, ha adelantado este miércoles el programa La Mañana de La 1 de TVE. De momento, no se ha informado de si el teléfono, el único vestigio material de Diana que ha aparecido. contiene alguna pista sobre el caso. Su madre, Diana López Pinel, ha declarado tras conocer la noticia: «Tengo la esperanza y la fe de que avance la investigación o se descarten cosas».
La operación de desbloqueo del móvil, encontrado a unos 20 kilómetros de A Pobra do Caramiñal, el municipio donde la joven madrileña desapareció el 22 de agosto, se ha llevado a cabo con la ayuda de una empresa en Múnich (Alemania) y ha costado unos 2.000 euros. La empresa que lo ha logrado es la israelí Cellebrite, la misma que desbloqueó el iPhone del autor de la matanza de San Bernardino (Estados Unidos) de diciembre de 2015 ante la negativa de colaboración de Apple. Fuentes de la investigación han confirmado a Europa Press que la Guardia Civil ha pedido ayuda externa, sin entrar en detalles sobre el resultado de la investigación.
«Estoy en condiciones de confirmar que han desbloqueado el móvil y han podido acceder a la información a la que hasta ahora no habían podido tener acceso», ha comentado López Pinel en una entrevista en el programa Espejo Público. «Queda mucho trabajo por delante porque no se sabe exactamente qué se va a poder sacar del terminal», ha añadido. La madre de la desaparecida ha confirmado que los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) le han comentado que el teléfono registró siete intentos fallidos de desbloqueo antes de ser arrojado a la ría, según se desprendió del análisis que realizó el Secrim. «La UCO sigue trabajando muchísimo, no me preocupa tanto que se reabra el caso como que la información está ya camino de España», ha señalado.
El pasado 19 de abril, el titular del Juzgado número 1 de Ribeira, Félix Isaac Alonso Peláez, anunció el sobreseimiento provisional de la causa de la desaparición de la joven madrileña ante la falta de avances de la investigación que cumplía entonces ocho meses. «No existen motivos suficientes para acusar a determinada o determinadas personas como autores, cómplices o encubridores», apuntó el juez en su auto. En ese mismo escrito, el juez Alonso Peláez señalaba que el caso se podía reabrir si la UCO conseguía acceder al móvil de la joven para proceder al «análisis y cotejo de la gran cantidad de datos telefónicos».
Diana Quer, que tenía 18 años en el momento de su desaparición pero que ya habría cumplido 19, se evaporó en la madrugada del lunes 22 de agosto de 2016, cuando regresaba a su casa de veraneo en A Pobra do Caramiñal (A Coruña) procedente de la zona donde estaban instaladas las atracciones de las fiestas patronales.
Su rastro físico se perdió en torno a las 2.40 al final del Paseo do Areal, siguiendo la línea de la costa supuestamente hacia su chalé adosado en el lugar de O Xobre, algo apartado aunque dentro del núcleo urbano. Pero su teléfono continuó dando señales de vida hasta aproximadamente las 5 de la madrugada, marcando un desplazamiento rápido que atravesaba el municipio de Boiro hacia la zona de Taragoña, ya en el Ayuntamiento de Rianxo, trazando en paralelo la línea de la ría de Arousa hacia el este. Allí se halló por casualidad. No se cree que ella pudiera tirarlo personalmente al agua. Ni siquiera que ella hubiera llegado hasta allí con quienes lo arrojaron, posiblemente para despistar.
El iPhone apareció en mal estado al haber estado sumergido en agua justo en el lugar donde la Guardia Civil había detectado que se perdía la señal del celular. En este tiempo, los investigadores de la UCO han rastreado ciento de imágenes de cámaras y cruzado datos de matrículas de coche con la señal de antena de teléfonos móviles. También se ha tomado declaración a numerosas personas, sin que las pesquisas hayan arrojado un resultado positivo acerca del paradero de Diana.
Un mes antes de localizarlo, la Guardia Civil ya había accedido a los mensajes de WhatsApp que Diana Quer recibió en su teléfono pero no llegó a leer en los momentos que rodean su desaparición. Estos mensajes permanecen en la nube y son accesibles, según estas fuentes.
Según portavoces oficiales de la investigación «todas las hipótesis estaban abiertas» hasta el archivo judicial del caso, incluida la del secuestro, posibilidad que se consideraba descartada desde la primera semana de su falta a pesar de que nadie se ha puesto en contacto con la familia para pedir un rescate. Además de esta opción y de todas las demás que se consideran cuando desaparece una persona, seguía en pie la marcha voluntaria aunque truncada de una muchacha que mantenía una relación difícil con su madre y con su hermana.