La Casa Rural La Palmita es un alojamiento que se encuentra en un lugar privilegiado. Tanto su propietaria, Alejandrina Trujillo, como su familia, especialmente su hijo Jonay, se hacen cargo de la gestión de este alojamiento.
En esta ocasión hablamos directamente con Jonay, para conocer un poco mejor la historia de la Casa Rural La Palmita.
“Es una empresa familiar, aunque la empresaria en realidad es mi madre. Ella fue quien empezó la actividad en el año 90, en esta casa que heredó de su familia, que estaba muy vinculada a esta zona al tener terrenos y pasar aquí los meses de verano”.
“La casa se construyó entre el 50 y el 51, y era una casa familiar donde veníamos para los tenderetes, reuniones de familia, los veranos. Y… ¿Cuándo empezamos a usarla para el turismo rural? Pues fue a partir del año 90 más o menos, precisamente cuando aquí en La Gomera se empezaba a hablar de turismo rural. Había muy poco en ese entonces. Fue cuando se creó el CIT, el Centro de Iniciativas Turísticas. Eso coincidió con la época en la que estuvo cortada la carretera de Hermigua, que estuvo varios años cortada haciendo los túneles y todo eso. Entonces la gente decidió crear una asociación, un poco para fomentar el turismo a raíz de la problemática con la carretera”.
“Y ahí empezó la casa a funcionar. Se arregló un poquito, para ponerla en condiciones. ¡En aquella época imagínate! No había internet, no había nada. Todo se promocionaba con un folleto, ir a las ferias quien podía ir. Como se creó la asociación, siempre iba o José María Real o alguien de la asociación que pudiese”.
“Cuando empezamos éramos muy pocas casas. Casa Rural La Palmita fue pionera, de las primeras que se empezó a comercializar como casa rural. Yo creo que empezamos como 10 casas o menos. Y todas del norte: Vallehermoso, Agulo y Hermigua”.
“Y a partir de ahí, pues primero la estuvo llevando mi hermano con mi madre. Después cuando yo me establecí aquí la cogí yo. Cuando eso yo trabajaba en el CIT, y como estaba vinculado al tema del turismo rural pues me interesaba. Y a partir de ahí, pues hemos seguido gestionándola, mejorando la casa cada cierto tiempo. La estructura de la casa no ha cambiado. Lo que sí se han hecho mejoras, se ha ido mejorando poco a poco, hasta la actualidad”.
“Yo creo que las Casas Rurales están ahora en un buen momento, pero es cierto que es un sector que varía mucho. Depende de las zonas, y de cómo se lo trabaje el propietario. Hay casas que están ocupadas a más del 80% todo el año. Y luego hay otras que no llegan al 30%. Pero este año y el pasado han sido buenos para las casas rurales. Esta temporada pasada ha sido muy buena, para el sector en general”.
“El problema es que los niveles de inversión que hay que hacer para restaurar una casa antigua son muy grandes. Y aunque haya subvenciones, la inversión es muy fuerte. Para nosotros la explotación de la casa realmente es un complemento de renta, que te permite mantener el patrimonio, irlo mejorando, irle dando valor añadido y contribuir también al desarrollo de la zona. Porque la gente que va allí, pues al final va a bares de la zona, consumen de esto, consume de lo otro”.
Jonay tuvo relación con la CETS desde sus inicios en la isla, incluso antes, porque en su tesina sobre turismo sostenible, estudió entre otros, este sistema de acreditación.
“En los 90 o así supe de la Carta, que era una herramienta para el turismo sostenible vinculado a espacios naturales protegidos. Mi trabajo de fin de Máster era sobre este tema, así que la utilicé como punto de referencia para algunas propuestas. Posteriormente, y al ser miembro del Patronato del Parque Nacional de Garajonay, me enteré que el Parque estaba contemplando su implantación aquí. Además, por mi contacto con Conchy –ya que ella formaba parte de la comisión de Medio Ambiente del CIT-, y por ser miembro de la Directiva de AIDER, el otro agente impulsor de la CETS, me llegó la información de distintos frentes. Digamos que yo formaba parte del grupo que la impulsó también”.
Dentro de su Plan de Acción, una acción destacada es la relacionada con la prevención de incendios.
“Lo que estoy haciendo es intentar cumplir con lo que pone la legislación, que obliga a todos los ciudadanos a mantener limpios los entornos de las viviendas, concretamente 25 metros. Esto es algo que se debe cumplir por ley y que normalmente la gente desconoce. Aunque también lo hago por conciencia. Antes del incendio de 2012 no era muy consciente del riesgo que corren nuestras propiedades, y en concreto las casas rurales, y a partir de ahí, por lo que pasó y porque me he vinculado profesionalmente al ámbito de los incendios forestales, he ido descubriendo la importancia que tiene tener esto en cuenta. Por eso, en la última revisión del Plan de Acción lo incluimos, e incluso se habló de incorporarlo para que otras casas rurales también lo integren en sus planes de acción”.
“Creo que una de las cosas buenas de ser empresa CETS es que te obliga a tener un plan de mejoras, y a exigirte a ti mismo como empresario, a mejorar. Porque al final tienes unos plazos, tienes un compromiso firmado, etc. Entonces eso te obliga a poner en marcha cosas que tú has tenido en mente desde hace un montón de tiempo. Y me ha servido para ponerme las pilas, y por tanto mejorar mi empresa”.
“Como herramienta de promoción y para aumentar las ventas, creo que aún no ha servido. Pero creo que se están haciendo cosas, y siguiendo en esta línea sí se podrá conseguir en el futuro. Los primeros pasos siempre son lentos. Creo que el trabajo que hay que hacer ahora es un trabajo comercial, de gestión de producto de forma conjunta y enfocado estrictamente al ecoturismo. Este es el gran reto de nuestra Asociación ATUSOS”.
Nota:
Las entrevistas están siendo publicadas e en el blog www.gomeraexperience.es/blog
Este blog es una herramienta complementaria al portal turístico promocional www.Gomeraexperience.com.