Hemos comentado en pasadas ocasiones que la economía canaria, tras la crisis, da señales de avanzar de manera positiva con la recuperación plena de la actividad, especialmente en el sector servicios. Esta consideración se ha visto corroborada, una vez más, en los últimos días, cuando se ha conocido que la facturación de este sector entre enero y julio ha ascendido nada menos que a los 9.404 millones de euros, un 12 por ciento más que en el mismo período del año anterior, con el lógico arrastre sobre la actividad de otros sectores.
Un dato de suma importancia para nuestra economía que se traduce en mejores cifras de empleo, pues el paro registrado ha descendido hasta las 217.045 personas, la cifra más baja desde enero de 2009. Con alcance, además, a prácticamente en todos los sectores, incluido el clasificado como sin empleo anterior, que afecta principalmente a los jóvenes. Paralelamente, el número de cotizantes a la Seguridad Social ha ascendido un 4,69 por ciento en el último año, alcanzando los 759.524 inscritos.
Todas estas buenas noticias coinciden con un comienzo del curso escolar en el que habrá un significativo aumento de los auxiliares de conversación en las etapas de infantil y primaria dentro del Plan de Impulso de las Lenguas Extranjeras. Se dan importantes pasos, pues, en ese proyecto de conseguir una Canarias bilingüe, como así ocurre desde hace tiempo en tantos países europeos. Se trata, entre otras razones, de dar respuesta a la necesidad que tiene nuestro Archipiélago de estar en primera línea de su principal actividad, la turística.
Al respecto, insistimos en que, frente al techo cuantitativo que rozamos en visitantes, debemos alcanzar el equilibrio con la calidad. Con mejores instalaciones, una oferta de ocio más selecta y diversa y unos profesionales más cualificados.
Las estadísticas, en cambio, nos señalan que el predominio de esta actividad y la carencia de un sector industrial importante nos sitúan en los puestos de cola en las retribuciones y a la cabeza en las jornadas más largas por comunidades autónomas. Además, España, siendo la quinta potencia económica de la Unión Europea, está en el noveno lugar en cuanto al nivel del salario mínimo interprofesional, 707,70 euros mensuales en 14 pagas. Luxemburgo, Reino Unido, Holanda, Bélgica, Alemania, Irlanda y Francia cuentan con retribuciones mínimas superiores a los 1.000 euros.
Frente a esta realidad, a nuestros jóvenes les cuesta mucho independizarse, salir fuera del hogar familiar, pues el precio de los alquileres y de las viviendas, el coste de la vida en general, les hace imposible realizarse con autonomía sobre niveles retributivos bajos y contrataciones temporales.
Entonces, de la misma manera que debemos formar en idiomas a las generación más jóvenes y elevar su nivel de cualificación laboral general, debemos ser conscientes de que el principal aliciente que deben encontrar para motivarse a recorrer esta senda formativa es saber que tienen expectativas de empleo y que esas expectativas son en condiciones justas, que les dan la oportunidad de salir del hogar familiar pudiendo atender con suficiencia sus necesidades.
Si, por el contrario, la oferta de trabajo insiste en primar los bajos sueldos en lugar de la cualificación estamos defraudando a nuestros jóvenes y tergiversando el compromiso que toda sociedad tiene con las nuevas generaciones, especialmente en islas como La Gomera, que precisan incentivos para fijar a su población.
Redistribuir la riqueza que genera Canarias en formación y empleo dignos es, en consecuencia el camino para dejar de ser en un futuro no muy lejano uno de los farolillos rojos en lo que se refiere a desempleo y pobreza. Y entendemos en la Agrupación Socialista Gomera (ASG) que sólo las políticas progresistas y la concertación son los instrumentos para andar este camino. Es la manera de que la cohesión social en nuestro Archipiélago camine pareja a los avances logrados en cohesión territorial en los últimos tiempos.