La policía de Londres ha lanzado una amplia operación de búsqueda del responsable o responsables del atentado «terrorista» ocurrido en el metro de la capital británica: la explosión de un artefacto casero en un convoy que cubría en hora punta la línea District Line (verde) a la altura de la parada Parsons Green, en el suroeste de la ciudad. El Servicio Nacional de Salud (NHS) ha informado de que 29 personas han sido atendidas en hospitales, aunque ninguna en peligro de muerte. La mayoría de los heridos, según la policía, sufre quemaduras por la «bola de fuego» que se produjo y que han descrito los testigos, mientras que el resto tiene cortes o magulladuras producidas al tratar de huir del lugar. El ataque fue asumido por el Estado Islámico a través de la agencia de noticias Amaq, vinculada al grupo que lidera Abú Bakr al Baghdadi.
Es el quinto atentado perpetrado en el Reino Unido este año, el primero sin víctimas mortales, lo que llevó a la primera ministra británica, Theresay May a elevar el nivelde alerta de severo a crítico, el más grave de una escala de cinco. En una breve declaración ante la sede de Scotland Yard a primera hora de la tarde, el comisionado adjunto de la Policía Metropolitana, Mark Rowley, ha avanzado que la explosión la ha causado un «artefacto explosivo improvisado» (IED, por sus siglas en inglés). La primera ministra, Theresa May, afirmó en una comparecencia que el artefacto pretendía «causar daños significativos».
Rowley ha asegurado que se han desplegado «cientos de agentes» para investigar lo sucedido y tratar de encontrar al responsable de la colocación del artefacto. Por lo pronto, están analizando las cámaras de seguridad para tratar de determinar quién o quiénes llevaron el artefacto al metro y por dónde entraron y salieron. En la investigación, liderada por el Mando Antiterrorista de la Policía, está colaborando el Servicio de Inteligencia de Interior (MI5).
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tuiteó «otro atentado en Londres [perpetrado] por otro perdedor terrorista. Estas personas enfermas y dementes estaban bajo la vista de Scotland Yard. ¡Hay que ser proactivo!». Preguntada por la prensa por este y otros tuits de Trump sobre el atentado, la primera ministra respondió: «Nunca he pensado que sea bueno que nadie especule sobre una investigación abierta».
Fuentes policiales citadas por los medios británicos han asegurado que el artefacto explotó parcialmente y que parece que el detonador falló. De haber funcionado, podría haber provocado numerosas víctimas al ser hora punta en un vagón de un tren con capacidad para 865 pasajeros. El ataque, que según los yihadistas es obra de un «destacamento» del grupo, se produjo en el tramo exterior del suburbano de la línea District y la estación afectada se encuentra en la zona de Fulham, muy transitada a esas horas de la mañana.
Tras dejar claro que los londinenses van a ver «un aumento considerable» de la presencia policial en las calles, especialmente en el transporte, el comisionado adjunto de la Policía ha pedido la colaboración de los ciudadanos que tengan información o imágenes que puedan ayudar a los investigadores. «Pedimos a la gente que esté vigilante y alerta pero no alarmada», ha añadido. Por último, ha dicho que la investigación está en curso, que todas las líneas están abiertas y que no hay detenidos en relación con este ataque.
La explosión, según los medios británicos, se ha originado en un cubo blanco que tenía en el interior una bolsa de plástico de un supermercado. En una foto publicada por un hombre en las redes sociales, que dice que la tomó un compañero de trabajo en el lugar y que ha permitido a EL PAÍS su difusión, se puede ver la bolsa de plástico ardiendo cuyo contenido pudo haber provocado la explosión y una llamarada. Otra usuaria ha publicado un vídeo en el que se ve la misma bolsa ardiendo mientras se cierran las puertas del metro.
La primera ministra británica, Theresa May, presidirá esta tarde una reunión del comité de emergencia Cobra para tratar el atentado, ocurrido en un metro que se dirigía al centro, ha informado la residencia oficial de Downing Street. May ha expresado su solidaridad con los heridos. «Nuestra ciudad condena totalmente a los horribles individuos que intentan usar el terror para hacernos daño y destruir nuestro modo de vida. Como Londres ha demostrado una y otra vez, nunca seremos intimidados o derrotados por el terrorismo», ha declarado el alcalde de Londres, Sadiq Khan, en un comunicado.
Uno de los primeros líderes mundiales en reaccionar ha sido el presidente de EE UU, Donald Trump, que ha vuelto a usar un atentado para justificar su decreto migratorio. «Otro ataque en Londres por un terrorista perdedor. Son gente enferma y demente que estaban en la mira de Scotland Yard —la policía británica no ha dicho nada sobre el presunto autor o autores ni que los tenga identificados—», ha tuiteado Trump, para añadir que «la prohibición de viajar a Estados Unidosdebería ser más amplia, más dura y más específica, pero estúpidamente no sería políticamente correcto».
Todo empezó cuando agentes de la policía y de los servicios de emergencia acudieron al lugar a atender lo que en un primer momento fue calificado de «incidente» y mientras varios medios británicos hablaban de “una explosión”. Así, en un primer tuit la Policía Metropolitana de Londres dijo: “Estamos al tanto de un incidente en la estación de metro de Parsons Green. La estación está cerrada”. «Nos avisaron a las 8.20 (7.20 GMT)», dijo por su parte el servicio de ambulancias en un comunicado, para precisar que cinco minutos después estaban ahí. «Enviamos múltiples recursos al lugar», añadió el comunicado.
«Contamos con un número de especialistas y recursos en la estación por el incidente», indicó el cuerpo de bomberos en la misma red social. Por su parte, Transportes de Londres, que ha cerrado parte de la línea entre estaciones de Wimbledon y Earls Court, informaba en su web: “Estamos investigando un incidente en Parsons Green. Esta noticia de última hora está siendo actualizada y publicaremos más detalles en breve”.
Unas horas después, fuentes de seguridad citadas por la BBC han avanzado que lo están tratando como un atentado y poco después, la propia Policía Metropolitana ha informado en Twitter de que su comando antiterrorista se ha hecho cargo de la investigación después de que el incidente haya sido declarado «terrorista». «Recibimos a las 8.20 [hora local] informes de un incendio en el tren de la estación de Parsons Green», ha precisado la policía en un tuit posterior, a lo que ha añadido que «aún es pronto para determinar la causa del fuego».
El servicio de ambulancias de Londres ha informado del trasladado a distintos hospitales de 18 personas y ha precisado la vida de ninguna de ellas corre peligro ni hay tampoco ningún herido en estado grave. Poco después, el NHS elevaba la cifra a 22 en un comunicado en el que precisaba que, además de los 18 evacuados, cuatro víctimas acudieron a los hospitales «por su propio pie». Horas después, la cifra de heridos se elevó a 29.
Testigos citados por la prensa británica relatan que ha habido varios heridos por quemaduras y que otros sufren cortes y magulladuras al tratar de huir de la estación en estampida. El Gobierno español, que ha condenado el ataque, ha dicho que no tiene constancia, por el momento, de que haya españoles entre los heridos.
El reportero del diario Metro que estaba en el convoy en el momento de la explosión ha contado que ha visto a varias personas heridas, una de ellas una mujer que presenta quemaduras importantes. Robyn Frost, una pasajera que estaba en el convoy donde se produjo una explosión, ha contado que «la gente corría por la estación cubierta de sangre» y que «gente salía corriendo y gritando intentando huir». Richard Aylmer-Hall, de 53 años, otro de los viajeros, estaba sentado en el metro de camino al centro de Londres cuando comenzó a ver pánico a su alrededor.
Aylmer-Hall ha señalado que vio varias personas heridas tratando de huir y muchas han sido pisoteadas mientras intentaban escapar de la estación. Una mujer que estaba de pie en la plataforma mientras los pasajeros salían del vagón del metro ha señalado que «desde el otro extremo del tren se veía una bola de fuego». Otro pasajero, nombrado sólo como Lucas, ha dicho a BBC que ha escuchado «una explosión muy fuerte» y que ha visto una bolsa quemada pero que, en un principio, no lo ha relacionado. «Vi a personas con lesiones leves, quemaduras en la cara, brazos, piernas, pero todos se ayudaban entre si», ha añadido.
Chris Wildish, que estaba en el tren, ha dicho que vio un «dispositivo» en el último tren y lo ha identificado como «un cubo blanco en una bolsa blanca de supermercado». «Las llamas todavía estaban saliendo de él cuando lo vi y tenía un montón de cables colgando de él – sólo puedo asumir que fue hecho a propósito», ha añadido.
Esta explosión se produce en un momento en el que el Reino Unido se encuentra en alerta después de cuatro ataques terroristas que han causado 36 muertes en lo que va de año. El incidente ha llevado a muchos londinenses a recordar el 7 de julio de 2005, cuando una serie de ataques de terroristas suicidas yihadistas en la red de transportes de Londres causó 52 muertos y más de 700 heridos.