La Gomera ha celebrado el Día Internacional del Turismo cerrando la temporada veraniega con una media del 85 por ciento de ocupación de sus plazas alojativas. Una actividad que se ha traducido en generación de riqueza y empleo, como así prueba la importante reducción habida en el número de parados.
Frente a estos buenos resultados, es innegable que, junto a los atractivos propios de la isla, ha tenido una repercusión favorable sobre la llegada de visitantes las nuevas ayudas de las que se benefician los residentes canarios en el transporte tanto aéreo como marítimo. Como dijimos hace algunos meses, todas estas nuevas bonificaciones benefician particularmente a las islas no capitalinas, aliviando la doble insularidad, y están contribuyendo decididamente a la cohesión territorial, económica y social de nuestro Archipiélago.
Un ejemplo claro es que, pese a las deficiencias de los enlaces aéreos con nuestra isla (lastrados por la escasez de rutas, las bajas frecuencias e imponderables varios), el tráfico de pasajeros creció un 32,6 por ciento en julio y un 43,1 por ciento en agosto, a consecuencia, sin duda, del abaratamiento de las tarifas.
Las buenas noticias no han cesado de llegar con respecto a las mejoras de la conectividad de La Gomera. La reciente y exitosa recuperación de la línea interior marítima entre los puertos de Vueltas, Playa Santiago y San Sebastián se ha visto, en días pasados, apuntalada por el anuncio de la Naviera Armas de que se abrirá un nuevo servicio que tendrá su punto final en el puerto tinerfeño de Los Cristianos. Esta es, sin duda, una gran noticia que esperamos se convierta en realidad prontamente, debido a que además de pasajeros, permite el transporte de vehículos y carga rodada.
Es, sin embargo, precisamente el puerto de Los Cristianos el que se ha convertido en el punto negro de las conexiones marítimas con las islas más occidentales, no sólo con La Gomera. La falta de planificación entre este nudo portuario y la ciudad turística en la que está enclavado ha convertido a una instalación líder en el tránsito de pasajeros en un caos a consecuencia de la congestión del tráfico rodado y la falta de capacidad operativa. Y la única solución factible para dar una alternativa a esta situación es hacer realidad un proyecto que lleva ya veintiún años de retraso: el puerto de Fonsalía, en el municipio de Guía de Isora. Y su necesidad, hoy, está más justificada que nunca con el anillo insular de carretera que, circunvalando Tenerife, facilitaría enormemente el acceso a esta instalación, si alcanza a convertirse en una realidad.
El Gobierno de Canarias señala que el alto coste de este proyecto, 200 millones de euros, hace que le sea imposible acometerlo en un futuro próximo sin encontrar fórmulas mixtas de financiación con la iniciativa privada. El Ente Público Puertos Canarios, queriendo insuflar optimismo a la demanda pública, ha señalado la hipótesis de 2019 como año de inicio de obras. Esto quiere decir que, siendo una inversión sin duda multimillonaria, el Ejecutivo regional es consciente de la necesidad de acometer unas obras fundamentales para evitar que las comunicación marítima con La Palma, La Gomera y El Hierro lleguen a punto de colapso, además de que, para Tenerife, supone un elemento de fuerte dinamización económica para su comarca más occidental.
Pero estamos convencido en Agrupación Socialista Gomera (ASG) que hay que sumar una razón más y de mayor peso político para el conjunto del Archipiélago: es la Comunidad Autónoma la que debe, de forma inexcusable, administrar y garantizar el tráfico marítimo interinsular, las comunicaciones entre todos los canarios. Los puertos de Agaete, en Gran Canaria, y Morro Jable, en Fuerteventura, han sido fundamentales para ir cumpliendo este objetivo, pero éste estará siempre incompleto sin el puerto de Fonsalía, indispensable para las islas occidentales y, especialmente, para La Gomera.