Pilar Abel, la mujer que este verano logró que se exhumaran los restos mortales de Salvador Dalí para que se les hiciera una prueba de paternidad, ha sido condenada por el juez del Juzgado de Primera Instancia nº 11 de Madrid a pagar las costas del proceso.
El texto emitido por el juez justifica su decisión en la «temeridad que supuso el hecho de que, una vez tuvo conocimiento del resultado de la prueba biológica, contundente en sus conclusiones, ni desistió del procedimiento en dicho momento ni pidió en el acto del juicio oral que compareciera el equipo que realizó la prueba si estaba en desacuerdo con sus resultados.
La sentencia está abierta a recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Madrid.
Los restos del artista fueron exhumados por orden del juez el pasado 20 de julio de la cripta del Teatro-Museo de Figueres (Girona), donde fue enterrado, pero los expertos del Instituto Nacional de Toxicología, tras cotejarlos con muestras de saliva de la mujer, concluyeron que «los resultados obtenidos permiten excluir a Salvador Dalí como padre biológico de Pilar Abel».
La pequeña ciudad de Figueras vivió un auténtico revuelo mediático cuando un furgón de los Mossos d’Esquadra escoltó a la comitiva judicial que, al cierre del Teatro Museo Salvador Dalí, procedió a la exhumación del cadáver, tal y como ordenó la juez María del Mar Crespo.
Como la sepultura de Dalí está en el suelo de la gran sala de su museo, bajo una cúpula de cristal, se instalaron dos carpas para evitar que cualquier dron pudiera tomar imágenes aéreas de la exhumación y los técnicos procedieron a levantar la losa de 1,5 toneladas que cubre la tumba del artista.
Se le extrajeron muestras de pelo, uñas, dientes y dos huesos largos. Toda la operación duró unas cuatro horas y los restos fueron enviados a un laboratorio forense de Barcelona y al Instituto de Toxicología de Madrid. Tras la celebración del juicio el próximo 18 de septiembre, se restituirán los restos mortales de Dalí a Figueras, para que el cuerpo pueda descansar completo.
Pilar Abel nació en febrero de 1956, cuando Dalí tenía 51 años y vivía en Portlligat con Gala. Según su versión, a la que la juez dio credibilidad, su madre -que entonces tenía 25 años- habría mantenido un affaire secreto con Dalí, cuando ésta trabajaba como niñera en una casa de Cadaqués que el pintor frecuentó durante el verano de 1955.