Las calles de Barcelona han vuelto a quedar desbordadas por una marea soberanista. Convocados para pedir la libertad de Jordi Cuixart (Òmnium) y Jordi Sánchez (ANC), las decenas de miles de personas que han acudido a la protesta la han acabado convirtiendo en un clamor en defensa del autogobierno catalán, que quedará intervenido en las próximas semanas por el Gobierno central.
Al grito de «ni un paso atrás» o «democracia», decenas de miles de personas se han congregado en Passeig de Gracia cuatro horas después de que el Gobierno central anunciara que cesará al Govern y a todos sus consellers con el objetivo de convocar elecciones. Precisamente han sido ellos, Carles Puigdemont y los miembros de su Ejecutivo, los que han encabezado la marcha por el centro de la capital catalana.
En la pancarta de la concurrida cabecera, con dirigentes de la ANC y Òmnium, de la suma de colectivos Taula per la Democràcia –los convocantes–, de partidos soberanistas o de la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, se lee la pancarta «llibertat Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, en defensa de los derechos y libertades». Entre la multitud estaba también la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
Los asistentes han coreado el lema «no estamos todos, faltan los presos» al recordar que ambos líderes soberanistas llevan desde el lunes en prisión preventiva por un presunto delito de sedición, al convocar una concentración que la jueza interpreta que pretendió bloquear a la Guardia Civil.