Las especies exóticas invasoras, una de las amenazas más graves al medio ambiente, han irrumpido en los Parques Nacionales donde se han contabilizado 173, de las que 67 habitan en el Parque de las Islas Atlánticas (Galicia), 59 en Doñana (Andalucía) y 44 en Garajonay (La Gomera).
Por el contrario, en el Parque de Ordesa y Monte Perdido (Aragón) y en el de la Sierra de Guadarrama (Madrid) apenas se encuentran aquejados por las invasoras, ha explicado en una entrevista con EFE, Belinda Gallardo, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Estas investigaciones forman parte de los datos preliminares del proyecto BIOCAMBIO desarrollado por el Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC) y el Grupo Especialista en Invasiones Biológicas (GEIB), para determinar, si en la Red de Parques Nacionales, representación de las mejores muestras del patrimonio natural, viven estas especies exóticas invasoras.
La investigadora ha explicado que los Parques más vulnerables son generalmente «los insulares y los de hábitat acuático» debido, entre otros factores, a que el agua es el medio donde las exóticas son más difíciles de detectar y, por tanto, de gestionar.
Los Parques Nacionales -ha detallado Gallardo- se enfrentan, al mismo tiempo, a otras amenazas (aumento del nivel del mar en los parques insulares, sequías recurrentes en las Tablas de Daimiel, incendios como el de Doñana de este año, pozos ilegales y contaminación entre otros), lo que complica, aún más, su conservación.
Del conjunto de todas las especies exóticas localizadas en los Parques, el 72 por ciento son plantas y las más extendidas son la caña (Arundo donax), la opuntia (Opuntia spp) y el ágave (Agave americana), todas ellas presentes en siete Parques diferentes .
Por el contrario, el animal mamífero más presente es la rata (Rattus rattus) distribuida en seis Parques.
Un total de 65 están incluidas en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras (EEI), lo que ahonda en la idea de que su «efecto negativo sobre los ecosistemas está demostrado», ha añadido Gallardo.
Algunas de estas invasoras afectan directamente a especies nativas en «peligro crítico de conservación», como es el caso del visón americano (Neovison vison), expandido por un numerosos Parques y que afecta directamente a siete especies protegidas: visón europeo, cangrejo de río, rata de agua, negrón común, porrón común, desmán de los pirineos y zampullín cuellirojo.
Otros ejemplos de invasoras que generan múltiples daños a especies protegidas son el muflón (Ovis musimon) y el arruí (Ammotragus lervia), ambos de la familia de los bóvidos, que perjudican a siete y seis especies protegidas respectivamente.
Entre las especies vegetales, la Ageratina adenophora, una planta con flor de origen mexicano introducida años atrás en las Islas Canarias, perjudica, junto al arruí, a la conservación del cabezón de las nieves (Cheirolophus santos-abreui), una especie en peligro crítico de conservación que crece en las paredes inaccesibles de los barrancos del este de la isla canaria de La Palma.
Gallardo ha explicado que la mayoría de los Parques Nacionales reconocen a las especies exóticas invasoras como «una grave amenaza» en su espacio natural y son conscientes de «la necesidad de hacer un seguimiento de las mismas», a pesar de que la información disponible es muy escasa.
Para la investigadora, es prioritario ejecutar labores de prevención para identificar cualquier especie exótica invasora, antes de que colonice un ecosistema, debido a que una vez establecidas en el nuevo espacio natural son muy difíciles de erradicar, casi imposible.
Respecto a la incidencia del cambio climático en las especies exóticas, Gallardo ha señalado que este podría propiciar la expansión de dichas especies en los Parques abriendo más la «ventana de invasión», es decir, aportando condiciones climáticas favorables para su supervivencia.
Sin embargo, para las comunidades de especies nativas que viven en los Parques, un escenario de cambio climático, incrementaría su vulnerabilidad y se verían en la necesidad de hacer frente a múltiples amenazas.
El proyecto BIOCAMBIO cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad y del Ministerio de Agricultura y Pesca Alimentación y Medio Ambiente (Mapama).