Las plataformas petrolíferas que desde 2011 forman parte del paisaje de los puertos de Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife han introducido en las islas dos corales tropicales potencialmente invasores que ya comienzan a formar colonias fuera de los muelles.
La revista del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife publica este mes un trabajo de investigadores de la Universidad de La Laguna (ULL), el Centro de Investigaciones Ambientales del Atlántico, el Museo del Mar de Ceuta y la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno canario que documenta por primera vez en las islas la presencia de los corales Tubastraea coccinea y Oculina patagonica.
Los autores del trabajo, cuyo primer firmante es Alberto Brito, de la Unidad de Ciencias Marinas de la ULL, recuerdan que en los últimos años se han observado en los grandes puertos de Canarias peces tropicales propios del Golfo de Guinea, el Índico o Suramérica que, en muchos casos, nunca se habían visto antes en las islas.
Hace apenas un año, un equipo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria presentó en la revista «Journal of marine systems» un estudio que demostraba que esos peces habían llegado al puerto de La Luz con las plataformas petrolíferas, unas estructuras enormes que se desplazan muy lentamente por el océano a lo largo de miles de millas, comportándose como auténticos arrecifes artificiales.
En esta ocasión, el equipo liderado por la Unidad de Ciencias Marinas de la ULL muestra cómo esas mismas plataformas han introducido en las dos capitales canarias un coral originario del Pacífico y adaptado a aguas tropicales que nunca se había visto tan al norte (la Tubastraea) y también han permitido, en el caso del puerto de La Luz, que prolifere la Oculina, una especie suramericana que nunca que se había detectado en el Atlántico oriental, aunque sí en el Mediterráneo, donde ya ha hecho saltar varias alarmas.
Los investigadores creen que el primero de los dos en llegar probablemente fue la Tubatraea coccinea, porque ya ha conseguido expandirse fuera de los muelles donde atracan las grandes plataformas de la industria petrolera y ha formado colonias no solo en la playa portuaria de Las Alcaravaneras, sino también en otros dos puntos de la costa de Gran Canaria situados 11 y 30 kilómetros al sur: en Jinámar (Telde) y en los fondos de El Cabrón (Agüimes).
En el caso de la Oculina patagonica, se han localizado dos colonias en el puerto de La Luz: una en las propias paredes de los muelles y otra en las rocas de la playa de Las Alcaravaneras.
«La colonización parece un proceso reciente y muy probablemente se relaciona con la llegada, sobre todo a partir de 2011, de plataformas petrolíferas a los dos principales puertos canarios, la mayoría procedentes de zonas tropicales del Atlántico, como Brasil, el Caribe o el Golfo de Guinea, pero también del Indo-Pacífico y del Mediterráneo», explican los autores de este artículo.
Las plataformas petrolíferas, añaden, han transportado consigo hasta Canarias «una notable cantidad de fauna tropical», que en algunos casos ha logrado proliferar en las islas gracias a las largas estancias de esos navíos en los puertos (muchos de ellos llevan numerosos meses atracados en reparación o espera de destino).
Sin embargo, también subrayan que el cambio climático han derribado las barreras naturales que hasta hace poco impedían que una especie tropical llegada a Canarias con el tráfico marítimo se adaptara a sus aguas. A ello ha contribuido «sin duda», apuntan, el hecho de que la temperatura de las aguas costeras de Canarias oscile en estos momentos entre los 17 y los 25 grados, con una media de 21.
En el caso de la primera de las dos especies de corales detectadas, los autores expresan su temor a su potencial para «invadir» a corto y medio plazo las costas de Canarias, «por su demostrada capacidad para expandirse rápido y recubrir los fondos con altas densidades», como ya comienza a verse en Gran Canaria.
En cuanto a la Oculina, reconocen que el hecho de que por ahora no haya salido del puerto de La Luz «no permite plantear hipótesis sobre un riesgo de invasión», pero también recuerdan que «en el Mediterráneo se está expandiendo con rapidez» y que «las condiciones del mar canario son óptimas para su desarrollo».
Por ello, alertan de que «la presencia de estos corales modificará la estructura de las comunidades bentónicas» de los ecosistemas marinos de Canarias y llaman a las administraciones ambientales a vigilar su expansión y valorar su impacto.