Francisco Javier González

Antier, 2 de noviembre de 2017, viendo la portada de “El País” me di cuenta de que a esta cárcel de pueblos que llaman España hay que aplicarle lo que un viejo barquero de El Pris tacorontero contestaba a la pregunta de ¿Cómo está hoy, seño Nené? La invariable respuesta era “Pos mejorando pa’pior mi’jito” Así va la cosa pública. Mejorando…. pa’peor que es peor que empeorar.

Tuve que retroceder en mi memoria a aquellos años 70, cuando se nos encarcelaba en Canarias por ser “independentistas”, se nos secuestraban las publicaciones, incluso las reproducciones de viejos artículos de Secundino Delgado, o se nos sometía a juicios por publicar nuestras revistas como “Nación Canaria” o “La Sorriba” y teníamos un montón de compañeros en las cárceles españolas solo por ese hecho de declararnos independentistas.   He tenido que recordar luchas duras como en el 77 cuando organizamos en Solidaridad Canaria en Tenerife la “Semana Pro-Amnistía”, boicoteada por las autoridades que usaron los métodos más repulsivos  y por la “izquierda” española que desde la llamada “Transición” dejó de entender lo de la libertad de los hombres y los pueblos. Recordar incluso asesinatos –algunos frustrados como el de Antonio Cubillo-  de luchadores por la independencia de este pueblo colonizado, neblinado y sumiso.

El titular a cuatro columnas de “El País”, ese periódico español que un día comprábamos por su relativo compromiso con las libertades públicas y que hoy es un apéndice servil de un estado que tiende al neofascismo, decía, ni más ni menos, que “EL INDEPENDENTISMO DEBERÁ RESPONDER HOY A LA JUSTICIA” cobijando bajo el enorme y rotundo titular tres sueltos con las citaciones judiciales que han terminado en prisiones “cautelares” para los miembros del Govern Catalá que han acudido a Madrid a declarar ante una juez que ha dado suficientes muestras de su parcialidad y que sigue al pie de la letra las tesis y propuestas de un Fiscal General reprobado por sus actuaciones que, en un país normal, lo hubieran condenado al ostracismo.

El País, que actúa como “La Voz de su Amo” hoy dedica íntegra su portada a Catalunya, la mitad con un titular para que sirva de advertencia y angustia a trabajadores catalanes, con una foto promocional de la juez Lamela, nos dice que “El paro aumentó en Catalunya el doble que en toda España” obviando, eso sí, que son cifras similares a la de la Andalucía de la Sra Díaz y que su 3,67% de aumento en Catalunya está bien lejos del 21,17 % de Baleares y por debajo de los de La Rioja (7,09%) Cantabria (3,83)  y muy cercano al 3,41% de Aragón, pero ya se sabe, con lo de la fuga de empresas es el independentismo el responsable. La otra mitad de la portada de hoy, del que antaño fue un periódico, se dedica al hombre que en el Congreso de Suresnes (1974) mantenía el marxismo y el derecho de autodeterminación en el programa político del PSOE para suprimir las dos cosas en el siguiente Congreso (1979) y, posteriormente, como Jefe de Gobierno fue el “Señor X” de la lucha sucia de las cloacas del estado con asesinatos borrados en cal viva. Este encantador de serpientes, embajador del capitalismo más repugnante por Latinoamérica nos dice, a toda plana que “Lo de Puigdemont en Bruselas es un acto de cobardía, casi de vodevil” y nos lo dice un “valiente” que se escondió bajo una mesa cuando Tejero asaltó el Congreso. Vivir para ver. Cosas veredes amigo Sancho….

Hay que decir que, precisamente por ese papel de correveidile de El País,  tiene razón en su editorial del día 2. Una judicatura que, en frase de Secundino Delgado, como la prensa, es  “venal y asalariada” ha abierto un proceso AL INDEPENDENTISMO, es decir un proceso a las ideas. Luego se empeñan en decir que los miembros del Govern están presos por faltar a la Ley –la suya, claro-  pero no por sus IDEAS. Esto es, para el gobierno español, sus corifeos y sus turiferarios, los miembros del Govern y los de Omnium Cultural y Asamblea Nacional Catalana (los “Jordis”) son delincuentes comunes, algo así como los de la corrupción PPera o los de Filesa o el cuñadito del Rey, y no presos políticos. Los del PP&Cía son juzgados –lo de ir a la cárcel es otra cosa- por ladrones. Roban, luego su prisión es por dinero. Como sucedía con nosotros, los independentistas canarios, y sigue sucediendo hoy con la joven Aisha Hernández que lleva dos meses en prisión por una pintada a favor de la juventud canaria, los Jordis y el Govern van a la cárcel por IDEAS y otra parte del Govern, con el Honorable President a la cabeza está en el exilio belga para plantear la lucha en el terreno internacional.

Son, por tanto, presos políticos a los que una justicia en tela de juicio, que según la Comisión Europea ocupa el puesto 22 de 28 en Europa en apreciación de la calidad y la independencia de la justicia y que, en la encuesta ciudadana solo tres países europeos, Bulgaria, Croacia y Eslovenia están por detrás de España en esta materia, trata de criminalizar en una estrategia que, más allá de lo que le sucede en Catalunya, va orientada a que ninguna parte de esta cárcel de pueblos pueda plantearse su liberación. Todos los independentistas estamos, pues, no solo bajo sospecha, sino bajo amenaza real, y no podemos ni debemos permanecer indiferentes.

No nos engañemos. El Estado Español ha iniciado, de nuevo, un camino hacia el autoritarismo. Como en el poema de Martin Niemöler –atribuido falsamente a Bertolt Brecht- “Hoy vinieron a buscar a los catalanes y guardé silencio porque yo no era catalán. Cuando encarcelaron a los independentistas, guardé silencio porque yo no lo era”. Mañana, cuando vengan a buscar a cualquier demócrata ya no quedará nadie que lo defienda.

Desde el inicio del “Procès Catalá” opino –y deseo- que marca el principio del fin de una “transición”  que, en realidad, es una “sucesión”, en que Felipe sucede a Juan Carlos y este a su vez sucede a Francisco Franco, con “todo atado y bien atado” y con los hombres del poder político y el económico que, por edad, no pueden ser los mismos, pero son sus hijos, nietos o allegados, más los nuevos arribistas que al calor del PP han amasado sus fortunas. Para esos no hay “prisiones cautelares” ni fiscales que no acaten sus deseos. Para que así sea y el Estado Español conozca, de verdad, una democracia y los pueblos que lo forman, libremente, decidan su destino, debemos poner todos nuestro empeño, los de la metrópoli y los de la colonia. Precisamente aquí, en Canarias, la lucha y el apoyo a los presos políticos de un Estado en que la separación de poderes  es una falacia, tiene que empezar por barrer la casa. Es inadmisible que nuestros supuestos representantes “nacionalistas” en el Senado español hayan apoyado con sus votos, miserablemente vendidos al PP, la barbaridad política de la aplicación del 155 de la Constitución del 78, sin que nos valga siquiera la postura tibia y, por lo mismo, entreguista de la senadora de Nueva Canarias con su abstención. Posición en nada parecida a la del PNV donde, al parecer, el nacionalismo es algo más que puro folklore de manta sabandeña.

Esta lucha por la libertad, más allá de la de Catalunya, va para largo precisamente por su carácter pacífico y democrático. Está solo comenzando. El segundo capítulo vendrá tras las elecciones que el No-Honorable actual President usurpador ha convocado para el 21-D y el independentismo vaya, como ya hizo a las claras y sin tapujos en las anteriores, a revalidar la República Catalana ¿Qué van a hacer? ¿Revalidar el 155? Recuerdan la película “Groundhog Day” que en España se tituló “Atrapado en el Tiempo” con el que, cada día al despertar, regresaba una y otra vez  a el “Día de la Marmota”?

 

Pues eso. O rompemos de una puñetera vez el legado del 78 o estaremos condenados a repetir indefinidamente un proceso hasta que se convierta en insurreccional y barra el pasado

 

Francisco Javier González

 

Gomera, Canarias a 4 de noviembre de 2017