La portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Dolores Corujo, achaca a la “incapacidad de gestión” de la consejera de Hacienda del Gobierno de CC, Rosa Dávila, el perjuicio que se está ocasionando a la recaudación de los ayuntamientos canarios. “El convenio con Gestión Recaudatoria de Canarias SA (Grecasa) genera una situación de injusticia tributaria, porque habrá contribuyentes que terminen pagando y otros que no”, afirma.
En el pleno de la Cámara, el diputado Iñaki Lavandera explicó que en septiembre de 2016, la Agencia Tributaria informó a los 19 ayuntamientos que tienen convenio con Grecasa que se veían obligados a parar hasta noviembre los expedientes de cobro en vía ejecutiva y los expedientes de embargo que realizan a favor de estas entidades. La razón aducida es que finalizaba el contrato de servicios con el proveedor de software y que se veían obligados a implantar uno nuevo que requería un periodo de transición.
“Pasaron los meses pero no fue hasta septiembre de este año cuando se ha recuperado parte de la normalidad perdida, porque aunque ya se están tramitando los expedientes en vía ejecutiva, las diligencias de embargos siguen paralizadas a día de hoy”, indicó. El diputado advirtió de que esta situación está afectando a ayuntamientos pequeños como Agulo, San Bartolomé o El Paso, pero también a entidades municipales con mayores volúmenes de recaudación por esta vía, como San Cristóbal de La Laguna o Las Palmas de Gran Canaria.
Precisó que les está afectando por tres vías: reduciendo la capacidad de recaudación prevista para los dos últimos ejercicios, permitiendo la prescripción de expedientes y, por tanto, imposibilitando su cobro futuro y perjudicando sus indicadores presupuestarios a efectos del Fondo Canario de Financiación Municipal.
“El PSOE no entiende por qué no se comenzó a implantar el nuevo software antes de la finalización del anterior contrato, de manera que funcionara de forma paralela hasta la correcta implantación del segundo”. Recordó que no se ha llegado a esta situación por una circunstancia sobrevenida, sino por algo tan previsible como la finalización de un contrato y la licitación de uno nuevo.