Al turismo relacionado con la naturaleza, la salud, con los productos de la tierra o de deportes al aire libre que suma ya La Gomera, se podrá unir en breve el relacionado con el conocimiento, disfrute y observación de las aves. Este segmento incide en la relación de la avifauna con el medio, el ser humano y aprovechamiento que los habitantes de la Isla hacen de los recursos naturales.
El presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo Curbelo, presentó recientemente el Plan Estratégico de Turismo Ornitológico, un documento que bajo su punto de vista convierte a la Isla en pionera en cuanto a avanzar en esta oferta. Y todo ello, al ser consciente de las especiales condiciones naturales, ambientales y de endemismos que reúne La Gomera. Por ejemplo, la paloma rabiche asentada en el Parque Nacional de Garajonay entre otras especies más que son propias de esta Isla.
“Hemos dado este paso porque consideramos que hablamos de un turismo que tendrá gran importancia en un futuro próximo y se enmarca en nuestro objetivo de que haya visiones estratégicas para cada segmento, tanto en lo que se refiere al senderismo, deportes en la naturaleza, actividades náuticas, equitación, agroalimentario, arquitectura…”. Curbelo subraya que han apostado por un turismo de excelencia en el que prime la calidad frente a la cantidad. En el que se atraiga a visitantes con un mayor poder adquisitivo frente al masificado. “Y en este marco general la especialización en cada uno de los campos es la meta que nos hemos marcado”, indica.
A lo largo de este año se han ejecutado ya tres acciones que avanzan en este sentido: por un lado en la Feria de Turismo de Doñana se presentó un folleto en el que se reflejan las posibilidades que La Gomera tiene en cuanto al turismo ornitológico. Igualmente, se están llevando a cabo campañas en redes sociales en Benelux, Alemania, Reino Unido y Escandinavia que proyectan a la Isla como destino de esta clase. Y por último, se ha procedido a instalar dos paneles informativos, uno en la Playa de Vueltas en Valle Gran Rey y el otro en la Playa de La Cueva de San Sebastián, dos de los principales puntos de avistamiento de aves.
Los redactores del Plan consideran que además de la agricultura o la ganadería, la explotación forestal o la pesca, “no pueden ignorarse otros elementos de interés y diversos componentes del medio natural y humano del que las aves forman parte”. La Isla cuenta con una enorme riqueza en cuanto a historia, arquitectura, folclore, tradiciones, gastronomía, cultura o artesanía, aspectos que en su totalidad están relacionados con la presencia de las aves en un paisaje determinado. De ahí que SEO/Birdlife, entidad que elaboró el proyecto, defienda que éstos deben integrarse en la oferta turística de La Gomera, un enclave declarado Reserva Mundial de la Biosfera, lo que garantiza su cuidado medioambiental.
El Plan Estratégico apunta que la Isla cuenta con muchas ventajas para asentar este tipo de turismo y que también son amplias las ventajas que puede traer consigo. Es una oferta selecta y respetuosa con el medio que supone la creación de empleo, entrada de divisas, sensibilización y valoración del entorno, recuperación del patrimonio agroganadero e incluso freno al despoblamiento. Igualmente, favorece la recuperación de actividades tradicionales y el mantenimiento de elementos tan singulares de la Isla como los bancales y la conservación del patrimonio natural en general y de las aves en particular.
No obstante, se advierte que este atractivo no puede traer aparejado el riesgo de conservación de las aves, un recurso calificado de “vivo y frágil”. La preocupación, según el colectivo, debe reflejarse en planteamientos turísticos respetuosos con los animales y el entorno y que además sean sostenibles en el tiempo. “Sólo así podrán esas iniciativas turísticas contribuir, además, al desarrollo rural como complemento a otras actividades económicas más o menos tradicionales”.
En la actualidad existe un segmento de turistas que lleva a cabo una búsqueda activa y la observación de especies concretas de estos animales y que en algunos casos puede ser calificados de auténticos y entusiastas coleccionistas, conocidos como birdwatchers u observadores de aves. Pero además, es una alternativa que puede atraer también a senderistas que quieren participar en una sencilla ruta campestre para “ver aves” a la vez que disfrutan de bancales o casas tradicionales de la Isla.
Por lo tanto, la nueva oferta no pretende ser elitista ni propia únicamente para expertos, sino que también intenta atraer al aficionado habitual del turismo rural o aquellos que disfrutan del avistamiento de aves en cualquier otro lugar del mundo. El turismo ornitológico es muy especializado, exigente, de alto poder adquisitivo, características que lo convierten en un segmento muy interesante para los empresarios turísticos. Y ello es así en cuanto que suponen un colectivo muy reducido pero dispuesto a gastarse importantes cantidades de dinero en satisfacer su curiosidad y dar vía libre a sus aficiones.
Por ello, no es raro que sean captados y organizados muchas veces por empresas especializadas y de larga tradición que operan en sus países de origen, con sus propios guías y vehículos, lo que ha dado lugar a que La Gomera no se pueda beneficiar de la riqueza que genera esta actividad. Por lo tanto, también se hurta la posibilidad de que ésta revierta directamente en el entorno y poblaciones locales o lo haga en unos pocos lugares, dinámica que es la que se quiere ahora revertir con este plan.
En concreto, se trata de no ignorar un porcentaje significativo de turistas que son aficionados a la naturaleza y, por lo tanto a las aves y que pueden ser también un objetivo potencial interesante para los empresarios que promuevan el turismo ornitológico. O lo que es lo mismo el objetivo es captar a un colectivo muy importante y potencial de clientes de esta oferta que aunque no es un especialista en la materia, sí podría ser fácilmente atraído por la misma.
El reto ahora es contar con un equipo humano que esté bien formado, conozca las peculiaridades y requerimientos del turista ornitológico, desde el más especializado al casual, y sea capaz de darles respuesta adecuadamente. En definitiva, conformar una oferta de calidad que se pueda poner al servicio de las empresas extranjeras especializadas o de las que surjan en la propia Isla.
Lo cierto es que hasta hace poco tiempo este segmento había caído en el olvido y estaba marginado dentro de la oferta turística tradicional española. Sin embargo, en los últimos años ha experimentado un creciente desarrollo, tanto en aficionados como en comunidades autónomas y provincias interesadas en promoverlo. Este fenómeno se ha localizado hasta ahora en Galicia, Navarra, País Vasco, Extremadura, Castilla y León, Cataluña, Cádiz, Sevilla o Albacete, lugares en los que se ha asentado una oferta que es considerada un buen ejemplo de turismo ornitológico español promovido por las administraciones regionales y locales.
En este contexto las Islas Canarias y La Gomera, se convierten en lugares claves para la conservación de la avifauna, una potencialidad que sin embargo se enfrenta a la escasez de empresas privadas constituidas para este fin, debido a distintos motivos. El privilegiado entorno natural de La Gomera y la singularidad de las aves silvestres que en ella se pueden observar, su extraordinaria Reserva de la Biosfera y los Espacios Protegidos con los que cuenta, convierten a la Isla en un atractivo lugar en el que practicar la ornitología, una actividad que es tan gratificante y espectacular como sencilla.
Apenas hacen falta unos prismáticos y no tiene límites de edades, ni requiere un esfuerzo físico especial ni grandes desplazamientos. Aunque en términos generales este turista prefiere la primavera para hacer sus observaciones, en realidad se puede llevar a cabo a lo largo de todo el año. Y más aún si se cuenta con las especiales características climáticas de La Gomera, entre ellas los alisios que desvían a muchas de las aves europeas que se desplaza a África durante el otoño.
Actualmente las Islas Canarias cuentan con seis especies endémicas exclusivas del archipiélago, de las que cuatro pueden verse sin dificultad en La Gomera: paloma turqué y rabiche, mosquitero canario y herrerillo canario. Además, otras tres fáciles de observar en la Isla son el vencejo unicolor, el bisbita caminero y el canario, endemismos macaronésicos exclusivos. Por otra parte, se reconocen algo más de 30 subespecies de aves endémicas del archipiélago, entre ellas algunas muy abundantes y fáciles de ver en La Gomera como el reyezuelo o el pinzón común de Canarias. Las aves marinas son también de gran interés, especialmente la muy amenazada y endémica pardela chica macaronésica. Pero además estarían los cernícalos, búhos, halcones, gavilanes, lechuzas, cuervos, gorriones, pinzón, lavandera, perdices o vencejos, entre otros.
Los principales lugares para su observación serían la costa de Majona y Puntallana, ermita y casas de Nuestra Señora de Guadalupe, acantilados de Ávalos, mirador de El Rejo, Laguna Grande, Juego de Bolas, El Cedro, Roques de Hermigua, Playa de La Caleta, las presas La Encantadora y de Las Rosas, Charco del Cieno, Mirador del Santo, de Los Roques, Chorros de Epina, Risquillos de Corgo, Jardín de Las Creces, Meseta de Hermigua, Costa de Arguamul y meridional y los acantilados de Playa de Santiago y de San Sebastián. No obstante, como lugares preferentes se propone el espigón de la Playa de Vueltas, La Rajita, donde se pueden disfrutar de auténticos conciertos de pardelas y los parques de La Villa, como por ejemplo el de la Torre del Conde, sin ir más lejos.
Beneficios económicos
Distintos estudios determinan que, por ejemplo, los especialistas en este tipo de oferta en Estados Unidos, gastaron alrededor de 36.000 millones de dólares en sus viajes y equipos únicamente para observar y fotografiar aves silvestres. El ingreso total de esta actividad económica es de 82.000 millones de dólares, se crearon 671.000 nuevos puestos de trabajo y recaudaron 11.000 millones de dólares en el pago de impuestos locales, estatales y nacionales. España atrae en la actualidad al 10% de los turistas ornitológicos de Gran Bretaña. Datos que extrapolados a la Isla resultan muy significativos sobre las posibilidades de consolidar este segmento.