Cuatro hombres fuertemente armados están atacando el hotel Intercontinental, en el centro de Kabul (Afganistán), y están disparando contra los huéspedes, según ha informado la policía de la ciudad. El atentado está ocurriendo en estos momentos. «Hay cuatro asaltantes dentro del edificio», ha explicado una fuente oficial bajo anonimato a la agencia France Presse. De momento se desconoce el número de víctimas, aunque fuentes policiales han confirmado a la cadena de televisión Tolo News que hay fallecidos y rehenes y se especula con que los milicianos son suicidas con chalecos-bomba.
«Están disparando contra los clientes», añadió. Miembros de las fuerzas especiales está intentado neutralizar a los terroristas, según el portavoz del Ministerio del Interior, Najib Danish. Ningún grupo ha reclamado todavía la autoría del ataque en Kabul, donde en los últimos meses se han registrado graves atentados de insurgentes, informa Efe.
Los atacantes -al menos cuatro- entraron por la cocina y han accedido ya a la primera planta de habitaciones, según medios afganos. Otras fuentes señalan que los atacantes están disparando desde la azotea del edificio y se especula ya con que parte de la instalación está en llamas.
El Intercontinental ya fue objeto de un ataque de los talibán en junio de 2011, donde causaron al menos 21 muertos.En ese ataque fue asesinado Antonio Planas, un piloto civil natural de Palma de Mallorca que trabajaba para la compañía aérea turca Saga Airlines y que se encontraba haciendo una escala en Kabul.
El hotel, de seis plantas y con varios controles de seguridad por ser uno de los más frecuentados por autoridades y extranjeros (especialmente periodistas), está situado en una colina en el oeste de la ciudad y es utilizado con frecuencia para conferencias y grandes acontecimientos. Fue levantado, en 1969, por el grupo hostelero InterContinental Hotels Group, pero desde 1979 opera de manera independiente, aunque mantiene el nombre y el logo. A mediados de los años 2000, una compañía con sede en Dubai renovó el hotel y lo convirtió en un lujoso alojamiento.
A principios de mes, once personas murieron, entre ellas cinco policías, y 25 resultaron heridas después de que un atacante suicida detonara los explosivos que llevaba cerca de las fuerzas de seguridad que vigilaban una manifestación en la capital afgana.
A finales de mayo pasado se produjo en la ciudad el peor atentado en el país desde la caída del régimen talibán con la invasión estadounidense en 2001, cuando un camión cargado de explosivos causó 150 muertos y más de 300 heridos.
Desde el final de la misión de combate de la OTAN en enero de 2015, el Gobierno de Kabul ha ido perdiendo terreno ante los insurgentes hasta controlar apenas un 57 % del país, según el inspector especial general para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR) del Congreso de Estados Unidos.