El alcalde de San Sebastián de La Gomera, Adasat Reyes, aseguró este jueves que el Ayuntamiento está adoptando las medidas necesarias para controlar y disminuir la presencia de “hippies”, de origen centroeuropeo, en la capital colombina. Un hecho que calificó de “preocupante” y que se ha comenzado a notar de forma más notable desde finales del año pasado, obligando a los efectivos de la Policía Local a llevar a cabo desalojos en espacios tan conocidos como la Playa de La Cueva.
Así, el edil aseguró que “este problema transciende del ámbito local al Insular, por cuanto las actuaciones que se producen en un municipio afectan al resto debido a los desalojos”, por lo que abogó por buscar soluciones que impliquen a todas las administraciones y cuerpos de seguridad con presencia en la isla.
“Estamos anclados desde hace tiempo en una situación que se repite una y otra vez y a la que ninguno de los municipios de la vertiente sur es ajena, debido a su clima y a sus calas poco transitadas”, afirmó Reyes quien recordó los recientes desalojos de más de doscientas personas en las playas de Chinguarime y del Medio que llevaron a cabo los agentes de la Policía Local, Guardia Civil y personal de Medio Ambiente, y que se suman a otras actuaciones en parajes protegidos.
Sin embargo, “en estos últimos meses asistimos a una presencia cada vez más visible de campistas ilegales en el municipio, haciendo uso de los nuevos espacios públicos para dormir o para hacer sus necesidades. Una situación que nos preocupa y que traslada una mala imagen no sólo para los vecinos, sino también para los visitantes”.
Precisamente, Reyes hizo hincapié en la necesidad de cuidar al máximo la imagen turística de La Gomera y evitar dar la sensación de que este destino pudiera ser un refugio de este tipo de estos viajeros que “más que sumar, nos restan”. Así, puso como ejemplo los días de visita de grandes cruceros, una jornada en la que su presencia por las zonas públicas aumenta de forma muy notoria.
Finalmente, recordó en que “La Gomera siempre ha sido y será un pueblo acogedor y amable, respetuoso con quienes nos visitan y con aquellos que quieren conocer nuestras costumbres y tradiciones. Sin embargo, cuando quienes viven en ella sienten que su convivencia, tranquila y apacible, se podría ver alterada es cuando tenemos la obligación de poner soluciones”.