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La Gomera: capacidad para integrar

Ampa - Eulalia Bota

La atención a las personas con diversidad funcional ha ocupado siempre un lugar muy especial en las políticas sociales que desarrolla el Cabildo insular. Al menos tan especial como son estas personas que cada día suponen un ejemplo vivo de como, con un poco de apoyo, son capaces de lograr cosas sorprendentes.

Por desgracia no son demasiadas las instituciones que miman tanto a este colectivo como el Cabildo de La Gomera. Son innumerables las actividades que desarrollan a lo largo del año y las prestaciones que se les ofrecen de forma gratuita. Todo ello, para demostrar que el término discapacitados no es precisamente el más adecuado. Las personas de este colectivo son capaces de mucho. El problema es que tal vez su valores no son los que prima el resto de la sociedad.

El presidente del Cabildo, Casimiro Curbelo Curbelo, asegura que la atención a las familias y, especialmente, a las personas con diversidad funcional ha propiciado que puedan acceder a diversos servicios que el Cabildo presta para el bienestar de todos ellos. Curbelo cree que desde la institución insular se garantiza una atención integral a través de programas e iniciativas realizadas tanto fuera como dentro del centro de titularidad del Cabildo ubicado en Vallehermoso que cuenta con 25 plazas.

Casimiro Curbelo con uno de los mayores de la Isla

Ratifica que en este 2018 se continuará poniendo en marcha acciones dirigidas a la integración social, la autonomía y el apoyo para usuarios de los programas y sus familiares. En este sentido, precisa que las cuentas insulares priorizan esta línea con una inversión que ha venido creciendo en los últimos años.

La consejera responsable de Política Sociocultural, Rosa Elena García Meneses, apunta que se ha aumentado el programa de apoyo para las personas con diversidad funcional, prueba del interés que tiene la Corporación insular por garantizar el mejor servicio que se les pueda dar a estos usuarios.

García Meneses no duda en señalar que de todos los colectivos con los que trabaja siente una especial debilidad por estas personas y que la labor que desarrolla con ellos es la que más satisfacciones le aporta. “Es un colectivo muy agradecido con el que es gratificante trabajar, y es que a pesar de las dificultades que en muchas ocasiones presenta su vida diaria, saben superarlas. Sin duda, cuanto más los conocemos, más tiempo quieres pasar con ellos”, indica.

Se muestra especialmente satisfecha con el trabajo desarrollado por el equipo del centro de Diversidad Funcional de Vallehermoso, que en la actualidad cuenta con 20 plazas de residencia y ocho para el centro de día. “Desde el primer momento en que estuve allí me di cuenta de que las cosas se estaban haciendo muy bien. Están muy bien organizados y ofrecen actividades que se ajustan a las necesidades de cada usuario. Por eso intentamos apoyarles en todo lo posible”, comenta. El presupuesto anual de este centro asciende a más de 600.000 euros anuales.

Elena García

De esta manera, se intenta avanzar hacia el objetivo final: lograr que los usuarios sean lo más autónomos posibles y para ello se realizan diversas actuaciones formativas a lo largo del año. Además, las clases se complementan con la realización de excursiones y la enseñanza del folclore, donde, entre otras materias, aprenden a tocar el tambor. “Está claro que la música en general les encanta, además de sentarle muy bien, por lo que hemos insistido en fomentar este aspecto”, indica la consejera. Poco a poco se quiere avanzar en la línea de que los usuarios realicen por sí mismos actividades cotidianas como ir al banco o al mercado. Pero en general el programa se desarrolla a lo largo de todo el día, tanto para formarlos como para darles una ocupación, “algo en lo que trabajamos con una programación anual”.

A parte de este centro, que es gestionado directamente por el Cabildo, existen asociaciones que cuentan con el apoyo de la institución insular, como ocurre con la que opera desde San Sebastián y que reúne a quince usuarios, de las 21 plazas existentes. El Cabildo les otorga una subvención anual y ellos elaboran su propio programa de trabajo, supervisado por la institución insular. La sede está situada en la residencia escolar y resulta llamativo, por ejemplo, cómo son capaces de gestionar un tren de lavado con absoluta profesionalidad.

En la capital de la Isla se encuentra la Asociación Chinaján que también recibe una subvención anual por parte del Cabildo. Y finalmente, nos encontramos con el Centro de Rehabilitación Psicosocial. Integración es la palabra que más se utiliza para este colectivo y para ello se llevan a cabo iniciativas a lo largo del año con el fin de que sean lo más visibles posible.

Lucía Chinea es una vecina de Valle Gran Rey, madre de Jorge, un joven usuario del Centro de Diversidad Funcional. Hace pocas fechas pasó de ocupar el centro para personas con discapacidad en horario de día a convertirse en residente. Esta madre dice que el Cabildo, sin duda, les ha ayudado a salir adelante con un problema, que se quiera o no, a veces cuesta cargar sobre las espaldas de las familias. “A nosotros nos tocó y sólo nos queda esperar que nos ayuden en todo lo posible y en ese sentido, la verdad es que no nos podemos quejar de la labor que hace el Cabildo”. Añade que los trámites para obtener la residencia se vieron en gran parte facilitados gracias al trato y la amabilidad dada en todo momento por los asistentes sociales, trabajadores y la propia consejera.

Su hijo comparte también este optimismo y su madre asegura que lo ve más contento que antes, cuando cada mañana tenía que ser recogido a primera hora en su casa de Valle Gran Rey por la guagua que proporciona el Cabildo y volver por la noche. “La verdad que de cara al futuro me gustaría pedir que nunca se cambie esta labor y esta forma de hacer política. Sea quien sea el que esté gobernando”, comenta.

Esta madre reconoce que aún queda mucho camino por recorrer hasta que estas personas sean efectivamente aceptadas por la sociedad sin reparos ni hipocresías. “Uno lo nota porque sales con ellos y te das cuenta de que hay cierto rechazo. Necesitan mucha atención y mucho cariño y no siempre lo encuentran”. Asegura sentirse mucho más confiada en el futuro porque sabe que su hijo estará siempre en buenas manos. “Esta casa ya se le estaba quedando pequeña y a su edad, necesitaba otro tipo de atención”, apunta.

No tiene sino palabras de elogio para los educadores, psicólogos y trabajadores del centro por el trato que dan a los usuarios. “Y lo sé porque yo he estado allí y lo he visto. Siempre he estado contenta pero ahora no puedo sino tener palabras de agradecimiento”, indica. “Nunca dejará de haber niños así y la gente debe saber que son muy cariñosos y que podemos aprender mucho de ellos”. Esta madre agradece también las numerosas actividades que a lo largo del año disfrutan como viajes a Tenerife para visitar el Loro Parque, a la playa de Valle Gran Rey, a montar a caballo en San Sebastián o la celebración de la Navidad y, de todos y cada uno de los cumpleaños de los usuarios. “Cualquiera puede notar que ellos son muy agradecidos con cualquier actividad que les organicen”, apunta con emoción.

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