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Pacto por la justicia sanitaria

Casimiro Curbelo

No es cierto que la política en Canarias sea incapaz de alcanzar acuerdos o de unir fuerzas en la defensa de objetivos compartidos. No es verdad que los partidos de las Islas vivan instalados en un bucle de polémicas estériles y convulsiones igualmente inútiles. Quien así lo piense, se equivoca. Quienes así lo resuman desconocen la historia reciente de nuestro Archipiélago, e ignoran cómo en infinidad de ocasiones los partidos han ido de la mano, todos a una, cuando hizo falta trasladar a Madrid o Bruselas las prioridades de la agenda canaria ante la Unión Europea.

Aunque algunos lo hayan olvidado, en las Islas sí hay tradición de consensos y grandes acuerdos. En el Archipiélago sí se han vivido momentos en los que los diferentes partidos fueron capaces de dejar a un lado las siglas anteponiendo el interés general. En este punto, merece la pena animar a las distintas formaciones, especialmente a las que se sientan en la Cámara regional, a que recuperen el espíritu que hizo posible alcanzar importantes logros ante Madrid o Bruselas para abordar asuntos tan esenciales como la política sanitaria.

Es hora de que los partidos entiendan que la Sanidad debe quedar bien lejos de las zancadillas, la crispación o la demagogia que lamentablemente a veces contamina el debate político. En Agrupación Socialista Gomera (ASG) invitamos a los demás grupos parlamentarios a trabajar por la sanidad pública, con el espíritu de consensos y grandes acuerdos que años atrás presidió la gestión de los asuntos europeos. Es hora de que veamos en la política sanitaria un asunto de interés regional, que se entienda que los objetivos de todos deben afrontarse con el concurso, la participación y la colaboración de todos los partidos, sin excepción.

Quienes quieran generar problemas o entorpecer las medidas que puedan ayudar a mejorar aspectos como las listas de espera o los colapsos puntuales en urgencias que no cuenten con nosotros. Quienes coincidan en la oportunidad de trabajar, yendo de la mano, en la articulación de soluciones, entonces sí pueden contar y de hecho ya están haciéndolo con el apoyo, el trabajo, las aportaciones y la responsabilidad de Agrupación Socialista Gomera.

Puede que en otras Islas donde históricamente han tenido más a mano los servicios sanitarios las cosas se vean de otra manera. No es el caso de las islas no capitalinas. No es el caso de La Gomera, La Palma, El Hierro, Lanzarote o Fuerteventura. Si en algún territorio se tiene plena conciencia de la importancia de contar con una buena sanidad pública ese territorio es el de las islas periféricas.

Generaciones de gomeros, y también de herreños, palmeros, majoreros o lanzaroteños, sufrieron en propias carnes la angustia de no tener lo suficientemente cerca la atención sanitaria que demandaban. Por eso somos tan sensibles y trabajamos tan duro en la defensa de la igualdad de oportunidades sociales y territoriales en el ámbito de los servicios públicos esenciales. Y también por eso defendemos la necesidad de propiciar grandes acuerdos que nos permitan mejorar dichos servicios. Sin justicia social no hay justicia. Sin justicia sanitaria no hay justicia social.

Si todos aspiramos a lograr las mismas metas, carece de sentido que no unamos fuerzas en idéntica dirección. No utilicemos políticamente los problemas de la Sanidad. Ese no es el camino. Hagamos política para construir soluciones que ayuden a que la sanidad funcione cada vez mejor.

La gestión sanitaria no es sencilla. No solo es tremendamente exigente sino que, en la medida en que el catálogo de servicios es cada vez más completo y ambicioso, en infinidad de ocasiones los recursos van quedándose cortos. En ningún caso la prioridad puede ser desgastar sino mejorar a la mayor velocidad posible -sin caer en la tentación de esperar varitas mágicas- los principales problemas que nuestra sanidad pública tiene sobre la mesa.

Hay que mejorar los servicios y además hay que equilibrarlos. No puede ser que tanto las inversiones como los recursos humanos incurran en una concentración que propicia desequilibrios sanitarios que pagan las islas no capitalinas. Hay que descentralizar la asistencia sanitaria. Hay que reforzar los centros especializados. Hay que mejorar los ritmos y la gestión de las listas de espera quirúrgicas y de especialidades, aumentar la productividad del personal y acabar con los colapsos en urgencias.

Hay que dotar mejor a los centros territoriales para que puedan realizarse diagnósticos, ahorrándoles a muchos pacientes que se les derive a hospitales de las islas capitalinas. Hay que construir grandes acuerdos para acabar con las desigualdades sanitarias y para que, más pronto que tarde, sea realidad un gran pacto por la justicia social y territorial de la Sanidad en Canarias.

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