La senadora gomera, Yaiza Castilla, junto al alcalde de Vallehermoso, Emiliano Coello, mantuvieron un encuentro con los responsables de la Demarcación Provincial de Costas de Santa Cruz de Tenerife para avanzar en la tramitación del proyecto de rehabilitación de la Playa de Alojera (Vallehermoso), después de la reunión celebrada en Madrid entre los responsables del Ministerio de Medio Ambiente y las autoridades gomeras en la que participó el presidente insular, Casimiro Curbelo.
Estas tareas administrativas previas tendrán como resultado la ejecución de las obras de rehabilitación que tienen una inversión prevista de 2 millones de euros para retirar los actuales diques, reforzar y ampliar el espigón del muelle y, por tanto, permitir la entrada natural de arena a la playa.
La mesa de trabajo celebrada sirvió para profundizar en los avances de los trámites administrativos del proyecto para dar cumplimiento a las exigencias legales y dotar de las garantías medioambientales que permitan su ejecución. Así, se expuso la reciente adjudicación por parte del Ayuntamiento de Vallehermoso de la redacción del informe de impacto medioambiental, trámite previo al impulso definitivo de los trabajos.
Tanto Castilla como Coello señalaron la buena predisposición encontrada y la voluntad de priorizar todas las medidas necesarias que den celeridad para que la costa de Alojera pueda ser recuperada. Así, ambos dirigentes confirmaron que, una vez se aporte la documentación, sólo quedaría esperar a la aprobación definitiva del proyecto y la consiguiente asignación de la partida económica para su ejecución.
Asimismo, explicaron la trascendencia que tendrá el proyecto para La Gomera, pues posibilitará la adecuación de un espacio con un alto valor paisajístico y turístico, ya que la Playa de Alojera presenta una oferta alojativa que se verá reforzada con un entorno completamente renovado una vez se ejecuten las obras.
En la actualidad, esta zona de costa está sometida a la erosión del mar que ha ocasionado la pérdida de la arena y afecciones a las viviendas ubicadas en primera línea de playa. Cabe recordar que a finales de los años 80, se construyó un dique de protección para minimizar el impacto del oleaje e impedir la pérdida de arena, pero el resultado, casi 30 años después, ha sido el contrario.