La Casa Rural La Vega se encuentra en Arure, a 6 kilómetros de Valle Gran Rey, pero en un entorno rural y privilegiado, con una tranquilidad y unas vistas a toda la vega de Arure que nos dejarán sin palabras.
Hoy hablamos con Quintín, su propietario. Un enamorado de Arure y de toda la isla, que nos explicó la historia de esta casa rural, perfectamente integrada en el paisaje y con todas las comodidades de un alojamiento rural.
“Mis padres son de Arure, y yo nací aquí, pero ya de pequeñito nos fuimos para Tenerife. A mis padres les tocó emigrar y se fueron al sur de Tenerife a las tomateras. A mí me metían en una caja de madera, y ellos a trabajar. Y yo a La Gomera empecé a venir después, cuando jovencito, los veranos, a casa de mis tías. Los veranos más felices de mi vida los pasé aquí, en Arure. Entre Arure y Taguluche: Los Pejereyes, Guariñén. Pasaba unos veranos de maravilla. Volví a mis raíces”.
“Y yo siempre veía estas casas destruidas desde la carretera y me dio como un flash, vi las posibilidades que tenía la construcción y la zona para rehabilitarla”.
“A los años, pues fui preguntando de quién era, y me enteré de que era de Antonio Niebla, y que estaba en Venezuela. Y al tiempo supe que la estaban vendiendo. Me informé y no es que pidieran una fortuna, pero para mí en ese momento era bastante alto. Pero es que me venía hasta la imagen de las casas rehabilitadas ¡Me emociono y todo nada más de recordarlo! Y al final me decidí, pedí un préstamo, y la compré. Sólo comprarla, porque luego venía el gasto para rehabilitarla, el proyecto, etc. Pero me tiré a la piscina y la compré”.
“Yo me acuerdo que me pegué viniendo a La Gomera en aquella época, que estrené el Trasarmas que había en aquella época, todos los fines de semana. El viernes terminaba de trabajar en Tenerife, y me venía para La Gomera hasta el domingo, y me pegaba todo el fin de semana trabajando en la rehabilitación de la casa”.
“Esta es una casa de finales del siglo XVIII de arquitectura tradicional canaria, y donde están ahora las casas eran pajares. La casa estaba en el cuarto que tengo yo para el almacenamiento y la limpieza. Y al lado antiguamente tenían una venta. Y allí estaban las cajitas de madera donde estaba el arroz para comprar, los garbanzos. Yo tengo hasta el libro de esa venta, donde viene lo que debían las personas, las perras chicas. ¡Casi nada, imagínate! ¡Son trozos de historia!”.
“Este patio interior está construido protegido de la brisa del monte. Los viejos eran muy inteligentes. La casa es una obra arquitectónica. La tosca sube 50 centímetros. Antes no tenían tela asfáltica para proteger, y esta era la forma de aislar la casa para que no subiera la humedad”.
“Y mi madre me contaba que en este patio hacían bailes. Toda la juventud de esa época, los familiares, hacían bailes aquí”.
“En la rehabilitación se ha respetado la arquitectura tradicional, se ha levantado un poco en altura, los muros son de piedra y barro. Y por eso es el confort que tienen, por los muros tan anchos que hace que suba la temperatura en el interior en unos cuantos grados”.
“Yo compré la casa en el año 95, y en el año 99 es que cuando ya empezamos a funcionar como casa rural. Hoy en día la Casa Rural La Vega es una casa rural de uso compartido. La casa es muy apetecible, porque para un encuentro familiar, o un grupo de amigos, por ejemplo, pues es ideal, porque la alquilas completa y tienes tu intimidad en cada vivienda, pero a la vez compartes los espacios comunes. Está dividida en 3 casas, cada una con su dormitorio, cocina y cuarto de baño”.
“Y además ahora estoy rehabilitando el cuarto de al lado, para que funcione como barbacoa y zona de esparcimiento, con mesas y bancos para estar de forma acogedora disfrutando de las vistas”.
“Yo creo que el mayor valor de la casa es haber mantenido la construcción tradicional: sus muros anchos, sus tejas, etc. A mí la gente me decía: ‘Muchacho tú estás loco, haz dos buenos apartamentos ahí, que te sale mucho mejor’. Pero yo siempre he pensado: ¿Un alemán qué es lo que quiere? Edificios tiene allí todos los que quiere. Y el valor que tiene esto, no lo tiene un apartamento. Si hubiera puesto bloque ya no podría decir ‘esta es mi Vega, la que yo restauré, mi historia’. ¿Me vengo de Taco a aquí para hacer lo mismo, una casa de bloques? No, esto es diferente. Ese es el mayor valor de la casa”.
Su relación con la Carta Europea de Turismo Sostenible comenzó en el primer período de acreditación de empresas.
“La primera información que me llegó fue por Ecotural. Y yo me embarqué en la Carta Europea porque consideré que era importantísimo. La Gomera es el Parque Nacional, es la base que tenemos aquí para todo, nuestro Monteverde único en el mundo. Y yo desde que vi la oportunidad de incorporarme es que ni me lo pensé. Y no sólo por el cartelito, sino porque con todas las acciones que vas a implantar vas a beneficiar al Parque, a la isla. Además funcionas como punto de información, y también se beneficia la casa con todas las cosas que vas realizando”.
“Una de las acciones destacadas de su plan de acción es su apuesta por las energías renovables, ya que además es un tema en el que profesionalmente desarrolla parte de trabajo en la actualidad.
“Las renovables me apasionan. Yo veía claramente que esto era el futuro. Y creo que la eclosión real va a llegar ya, el año que viene como mucho. Porque esto es imparable. La gente ignora lo que son las renovables. Ya hoy en día es rentable. Canarias es el paraíso de las renovables a nivel mundial: la solar fotovoltaica, la eólica, la maremotriz, la goetérmica, etc. ¡Y sólo tenemos una penetración del 8%!”.
El pertenecer a la CETS lo valora como algo muy positivo.
“Para mí, nada más que ir a las reuniones y ver la ilusión de las otras empresas, lo que hacen; te sirve no sólo de motivación, sino también para ver cosas diferentes que hacen otras empresas y que pueden ser interesantes también para ti.
“Y también como empresa, pues te obliga a ir mejorando. Yo implanté la biblioteca interactiva que llevaba tiempo con ganas de hacerlo, y gracias a esto fue el empujón final. Ahora también puse las pantallas planas, para mejorar la calidad y la comodidad. Tener la información del Parque Nacional para tus clientes, informar a tus clientes de las medidas ambientales que estás llevando a cabo. Todo esto te beneficia. No sólo porque mejoras tu comportamiento ambiental como empresa, y ahorras energía y dinero, sino también porque los clientes lo valoran”.
“Para mí estar en la Carta Europea son todo beneficios. Ilusión máxima, te motiva más, es un gran acicate el participar con otras empresas. Me encantaría poder participar más, pero al vivir en Tenerife lo tengo más complicado. Pero los encuentros anuales sí que intento venir a todos, por ese momento de encuentro entre las empresas, de compartir y de conocernos cada vez mejor”.
Empresa: Casa Rural La Vega.
Actividad: Alojamiento rural.
Dirección: Arure, Valle Gran Rey.
Teléfono: +34 667.339.752