La primavera tiene en La Gomera una banda sonora propia. Un fondo musical que se ha convertido en toda una tradición durante casi ya dos décadas. Se trata del encuentro anual de agrupaciones musicales conocido como Primavera Musical que se lleva a cabo gracias al apoyo ofrecido por el Cabildo Insular. Es la ocasión en la que las distintas bandas de todos y cada uno de los municipios intercambian entre sí actuaciones, con el fin de dar a conocer lo aprendido durante el año. El momento para que los compañeros de otras localidades puedan escuchar composiciones o arreglos ensayados a lo largo de los meses anteriores.
El presidente del Cabildo, Casimiro Curbelo Curbelo, afirma que cada primavera en La Gomera es “sinónimo de musicalidad por el talento que demuestran cada uno de los componentes de las asociaciones musicales de la Isla”. Además, insiste en el compromiso de la Institución con los colectivos que se concreta en un incremento de las partidas destinadas a cooperar con los proyectos que ponen en marcha cada año.
El consejero de Juventud, Adasat Reyes, destaca la “combinación perfecta” que permite a La Gomera tener un ciclo de conciertos que es referente dentro de la cultura musical de Canarias. Sobre ello, señala que la andadura de la Primavera Musical es “un ejemplo de un proyecto que se consolida con el paso de los años”. Reyes también pone en valor la iniciativa porque “va más allá de una actuación en cada municipio, ya que proyecta el sentir de mucho jóvenes gomeros por la música”
El presidente de la Agrupación Musical Nuestra Señora de Guadalupe de San Sebastián, Fabio Mendoza, indica que bajo este término se incluye, no sólo la banda de música en su sentido más tradicional, sino otras actividades como los coros o incluso un grupo de jazz. En La Gomera esta iniciativa ha adquirido a lo largo de los años un especial arraigo difícil de comprender en otras Islas y que se plasma en estos encuentros anuales que coinciden siempre con la primavera.
En el caso de la agrupación que dirige Mendoza, sus orígenes se remontan al año 1927 cuando era conocida bajo el nombre de Amor y Progreso. A partir de aquí el grupo fue evolucionando en planteamientos y componentes hasta 1987 que es cuando adquirió el formato actual. A lo largo de los años han surgido músicos de calidad que han completado sus estudios iniciales en el Conservatorio tinerfeño. Entre ellos estaría, por ejemplo, Eladio Barreto, que está en el tercer curso y ya es el autor de un pasodoble recientemente estrenado en Arona. En breve, se espera que prepare una obra para su agrupación musical y que se encargue de dirigirla.
También están orgullosos de Joel Chávez quien aprendió a tocar la trompeta, a los 18 años marchó a Tenerife a estudiar en el Conservatorio y en la actualidad trabaja en una orquesta de Alemania, después de haber pasado por otra de Austria. Además, da clases particulares a niños de estos países que desean ampliar su formación inicial. “Estamos muy satisfechos de que haya referentes en todo el mundo del talento musical de la gente de esta Isla y por ello desde la Asociación seguimos ayudando a quienes lo deseen para completar su formación”.
Para cada uno de los miembros de esta agrupación el legado de sus mayores es fundamental. A través de ellos han podido heredar el amor por la cultura y la música y se sienten “muy orgullosos” de que así haya ocurrido. “Hemos tenido la suerte de que desde niños nos inculcaron la pasión por la música y de poder tocar al lado de personas de todas las edades con lo cual cada generación se convierte en un referente de la anterior”, indica Mendoza.
Y ello es así hasta el punto de que todavía hay componentes de aquella banda inicial creada en 1987. Desde entonces han amenizado verbenas y participado en conciertos, pasacalles y procesiones. En la actualidad cuentan con, nada más y nada menos, que 150 alumnos, algunos de 3 años, lo que da idea del arraigo que esta tradición tiene en La Villa.
En este panorama, la Primavera Musical viene a significar la oportunidad de desplazarse a otros lugares de la Isla para ofrecer conciertos en sus plazas o centros culturales. Supone a la vez y, de forma simultánea, un intercambio de experiencias y la ocasión de llevar a cabo una demostración de lo aprendido. La iniciativa comenzó en 2001 y desde un principio fue apoyada por el Cabildo, al que agradecen que haya permitido que año tras año puedan escenificar “un programa tan ameno y dinámico”. Mendoza indica que la Primavera Musical es la fecha especial que tienen marcada en su calendario porque implica “una experiencia muy enriquecedora y la oportunidad de dar a conocer y a la vez conocer lo que hacemos y lo que se hace en otros lados”.
El presidente de la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Virgen del Paso de Alajeró, Pedro González, no puede estar más de acuerdo con su compañero. En este caso el origen del colectivo se sitúa en 2006 pero el arraigo es tal que en estos momentos cuentan con 120 alumnos. Ratifica que en el municipio, “existe mucha afición, tanto entre las personas mayores como los más pequeños”. Pero no es sólo cuestión de cantidad sino también de calidad. González defiende con satisfacción que el nivel “es muy bueno”.
El problema al que se enfrentan es que en muchos casos los jóvenes marchan de la Isla para estudiar fuera pero para compensarlo, son también numerosos los que luego vuelven y se reincorporan a la agrupación. Desde aquí han conseguido que entren en el Conservatorio tinerfeño alrededor de ocho jóvenes. Por ejemplo, destaca a David Duque quien toca el clarinete y está en sexto curso o a Zaida Mesa, especializada en la flauta y que se ha desplazado al Conservatorio de Lanzarote donde está en el tercer curso.
“Sin la Primavera Musical lo cierto es que toda esta labor se podrá quedar en nada. Comenzamos en su momento gracias a la iniciativa de Manolo Lino que entendió esta iniciativa como una forma de acercar la música a la gente. De sacarla de las aulas y llevarla a las plazas y las calles. Y creemos que el objetivo se ha cumplido ya”, señala.