La UNESCO declaró, allá por el año 1981, Patrimonio de la Humanidad a un parque natural de la isla de La Gomera. Pero no se trata de cualquier lugar, pues es el afamado Parque Nacional Garajonay, que guarda en su seno un bosque con más de mil años e historias, mitos y leyendas increíbles creadas alrededor suyo.

Los visitantes de la isla colombina de La Gomera saben que, al menos, tienen que visitar este destino único. El Parque Garajonay es toda una maravilla que además cuenta con el reconocimiento de ser Patrimonio Mundial de la UNESCO, por lo que ningún turista se lo quiere perder durante su visita a este destino.

No obstante, ¿qué lo hace tan especial? Dejamos atrás el centro de La Gomera con sus otros puntos clave como el popular Valle Gran Rey, la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, las casas de apuestas y el Spin Palace entre otras instalaciones, y nos adentramos en las bondades del Parque Garajonay.

Un hervidero de leyendas dentro de un Parque Nacional

 

El ambiente del Parque Garajonay alimenta las leyendas y las fábulas por sí solo. Formado por laurisilva, un bosque húmedo y de ambiente tropical muy común en otra época en el territorio europeo y que ahora está presente en muy pocos lugares; uno de ellos el Garajonay.

La niebla, la humedad del ambiente, la formación de nubes a una altura baja… todo recrea el mejor de los escenarios para sugestionar la mente y creer en todo tipo de relatos. Dicen que los personajes mitológicos, de leyenda – desde duendes y hadas del bosque hasta monstruos salvajes y despiadados – son en realidad invenciones  pero basados en experiencias reales. Quién sabe si el Parque del Garajonay cuenta con tales relatos reales o ficticios.

Lo que sí es verdad es que el Parque Nacional coge su nombre de la montaña que allí hace cumbre. 1.484 metros de altura que conforman el pico más alto de la isla, y cuya denominación proviene de otra leyenda: la de dos amantes – Gara y Jonay – que se lanzaron desde lo más alto de la montaña al no poder vivir su amor de forma libre. Una historia al más puro estilo Romeo y Julieta pero lejos de Italia, e igualmente bonita pero que acaba en tragedia.

Un rincón imperdible en la isla lleno de senderos

 

Ríachuelos, rocío en las hojas… la humedad del Parque consigue que el bosque por completo esté lleno de un ambiente húmedo. Los senderos son casi formaciones naturales y lo único artificial son diferentes puentes de madera o piedra repartidos para cruzar pequeños espacios de agua, por lo que el paraje es realmente mágico.

Cualquier persona que visite las Islas Canarias debería conocer este rincón natural. La Gomera lo ofrece como su mejor destino, y desde luego que razón no les falta a sus habitantes para estar orgullosos de uno de los mejores ejemplos de naturaleza que existen en España y en la práctica totalidad de Europa.