La construcción de Canarias ha pasado por infinidad de mentes y manos. Una construcción progresiva, con errores y aciertos, pero con un empeño incesante de respetar quiénes éramos para ser quienes somos.
Siendo como soy, un nacionalista convencidísimo, creo fielmente en un modelo donde crezcamos en base a la lógica, con motores de transformación específicos en las islas, sin perder la mirada a la construcción global de Canarias.
Partiendo de la idea de que somos Islas y nación, concibo Canarias como la suma de ocho realidades distintas, con velocidades de crecimiento diferentes, con vulnerabilidades y posibilidades dispares, pero que tienen que tener igualdad de oportunidades, independientemente de su especificidad. A partir de aquí, entendiendo a Canarias como una sola, ¿cuál es el concepto Canarias?
Siempre he pensado que Canarias tiene que estar estructurada de forma eficiente según connotaciones geográficas, económicas y poblacionales. Islas con unas variables más propensas al crecimiento industrial y mercantil, Islas con virtudes para un turismo rural o residencial, e islas donde la el motor sea el turismo tradicional.
Las sinergias del crecimiento específico en las Islas con la mirada a un marco global nos tiene que traer los frutos de un nacionalismo distinto, y no digo distinto porque este no sea el correcto, sino porque en pleno siglo XXI, en 2018, el nacionalismo al que tenemos que aspirar, la Canarias a la que debemos mirar a los ojos, es la suma de una realidad cambiante y adaptada a una era en la que seremos los jóvenes los encargados de definirla y diferenciarla. La ideología es el espejo del concepto, y en el concepto de Canarias en el que creo, está la de construir un pueblo en igualdad de oportunidades, pero con especificidades que creen una nación moderna dentro del marco europeo.
La Europa de los pueblos debe ser el proyecto angular del nacionalismo cosmopolita en el que debemos empezar a pensar. No se trata de refundar el nacionalismo, se trata de adaptarlo, de comprender el escenario y de entender que Canarias es nación, pero también es pueblo, en el marco europeo.
La tricontinentalidad debe ser, por tanto, parte vertebradora del mismo concepto de Canarias, mirar a las Islas, crear nación, mirar a África, América y Europa y consolidar la Canarias moderna y la Canarias del presente.
Islas y nación, éste es y debe ser la base de esa idea de nuestro Archipiélago en el marco Tricontinental. En palabras de Victoriano Ríos, “construyamos el futuro y hagamos que sea mejor que el pasado, aunque para ello, tengamos que quitarle la razón a los poetas”.