“En pleno mes de mayo y con el fin de curso a las puertas, les escribo esta carta para invitarles a poner la mirada en el acontecimiento que tendrá lugar en la isla de La Gomera a la vuelta del verano y a prepararlo con ilusión”.
Así comienza el saludo que el obispo, Bernardo Álvarez, ha dirigido a los gomeros ante la próxima Bajada de la Virgen de Guadalupe que comenzará el venidero ocho de octubre. El título de la misma es el mismo que el lema de esta lustral cita mariana: “Gracias madre”.
En ella, el prelado Nivariense rememora la “llegada” de la imagen a la isla colombina para centrarse, posteriormente, en La Bajada de la Virgen de Guadalupe que tiene, según expresa, un doble significado. Por una parte, “visibiliza la cercanía de la Madre del Señor a nuestras vidas, a nuestra realidad personal y social. Y, por otro lado, la Bajada de la Virgen, es la manifestación pública de que bajo esta advocación, ‘Virgen de Guadalupe’, los gomeros tienen en la ‘Morenita de Puntallana’ a su patrona y protectora”.
Este 2018 la Bajada se desarrolla cuando la iglesia Nivariense se encuentra desarrollando una ‘Misión diocesana’. Por ello, la Virgen María se pone «en salida misionera». Ella sale a «predicar el Evangelio» por los caminos de nuestra isla. Nosotros queremos escuchar su mensaje y seguir sus huellas. Queremos ser como ella discípulos misioneros”- asevera.
Además, Álvarez invita a no quedarse en las meras celebraciones externas, sino a aprovechar la oportunidad para “fortalecernos por dentro y vivir cabalmente en el amor a Dios y al prójimo, especialmente hacia los hermanos más necesitados”. Todo ello, porque la verdadera devoción a María pasa por “la imitación de sus virtudes”.
En cuanto al lema elegido: Gracias Madre, es una llamada a “dar gracias a María por tantos bienes con los que Dios enriquece nuestra vida”- sostiene. “A lo largo de la historia, nadie como ella ha sido mejor compañera de camino de los discípulos de su Hijo. Ella, con su ejemplo, nos guía y estimula a vivir la fe. Nos ayuda a recibir los dones de Dios, a superar las dificultades, a entregarnos al servicio de los demás”
Por último, el saludo finaliza con un deseo y una petición: “que se adentren en el genuino espíritu de la Bajada de la Virgen. Es una ocasión extraordinaria para acoger los dones de la salvación que Dios ofrece a todos. No dejemos pasar esta oportunidad” – concluye.