El 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, es, para la ONU, “una jornada para que todos se apropien de la naturaleza que les rodea y participen activamente en la protección de la Tierra”.
Este año, llegamos a esta efemérides tras las noticias recientes de esa isla gigante de basura plástica, flotando en el Océano Pacífico, que ha venido creciendo en las últimas décadas hasta alcanzar una superficie equivalente a tres veces el tamaño de Francia.
No faltan datos para avalar el que la ONU haya decidido celebrar este Día Mundial del Medio Ambiente bajo el lema “Un planeta Sin Contaminación por plásticos” instando a los gobiernos, la industria y la ciudadanía a reducir la producción y el uso excesivo de plásticos desechables que contaminan nuestros océanos, dañan la vida marina y amenazan la salud humana.
La producción mundial de plásticos se ha multiplicado por veinte desde la década de los 60, llegando a 322 millones de toneladas en 2015 y se espera que se duplique en los próximos 20 años. Sin embargo, la reutilización de plásticos es muy baja: se recicla menos del 30% de las 25,8 millones de toneladas de residuos de plástico que se generan en Europa al año. Según se estima, el 95% del valor del material de embalaje de plástico –entre 70.000 y 105.000 millones de euros anuales-, se pierde para la economía después de su primer uso.
La Comisión Europea ha requerido a España en varias ocasiones que mejore la gestión de sus residuos y cumpla las directivas comunitarias. Mientras, los Presupuestos Generales del Estado para 2018, recientemente aprobados, han vuelto a demostrar el poco compromiso político del Gobierno del PP con el medio ambiente, ya que el incremento del 8% de las partidas destinadas a este capítulo -después de que éstas se hayan mermado un 56,5% desde el inicio de la crisis-, resulta claramente insuficiente para hacer frente a los retos medioambientales de nuestro país. En particular, el Gobierno del PP ha venido bloqueando cualquier iniciativa a favor de la economía circular en lugar de alentarla, como nos demanda Europa.
El PSOE reitera su convencimiento de que la economía circular supone la respuesta a muchas necesidades del presente y del futuro: la eficiencia en el uso de los recursos, la lucha contra el cambio climático y la mitigación de otros impactos ambientales negativos, tales como la contaminación de acuíferos, ríos, costas, playas y mares.
Porque entendemos que la economía y la ecología son partes de un mismo sistema, reiteramos en este Día Mundial del Medio Ambiente nuestra apuesta por un nuevo modelo productivo generador de un progreso seguro, más justo y más duradero.