Acabo de enterarme de que la Audiencia de Navarra ha decretado LIBERTAD provisional bajo fianza de 6.000 euros para los cinco guirres carroñeros –incluidos el militar español y el guardia civil- de “La Manada”.
Estos cinco desalmados habían sido condenados por el tribunal navarro a una pena de nueve años de prisión, rechazando la calificación del hecho como “violación” que solicitaba la fiscalía por considerar a los energúmenos solo como autores de un delito de “abusos sexuales con prevalimiento” sobre una joven en los Sanfermines del 2016. Sentencia influida, desde luego, por el voto particular del magistrado Ricardo Javier González González, uno de los tres jueces que abogaba por la absolución de los procesados. Según su, a mi juicio, repugnante criterio sobre el video de la violación que los acusados grabaron, con el móvil robado a la víctima, afirma que “solo observo a cinco varones y una mujer practicando actos sexuales en un ambiente de jolgorio y regocijo” por lo que este ilustre miembro de la judicatura hispana solo considera delictivo el robo del móvil.
Quiero aclarar lo del “abuso con prevalimiento” que recoge la sentencia. Jurídicamente se refiere al “atentado contra la libertad sexual de otra persona, hombre o mujer, realizado SIN VIOLENCIA O INTIMIDACIÓN, cuando el consentimiento se obtenga prevaliéndose de una situación de superioridad manifiesta que coarte la libertad de la víctima” que, además, para el particular criterio de este caballero, la infeliz muchacha “no parece estar en estado de shock de tal intensidad que la tenga paralizada o sometida”.
No voy a relatar las barbaridades que se recogen en la sentencia. Resalto que, a criterio de estos ilustres representantes de la judicatura española, como no hubo golpes ni heridas o lesiones y bastó la imposición de la presencia física de los cinco energúmenos frente a una jovencita indefensa para someterla a toda clase de vejaciones, no puede hablarse de violación. Solo abuso con prevalimiento por situación de superioridad. Si el señor Ricardo Javier González, siendo indudablemente más robusto y fuerte que una indefensa joven a las 3 de la mañana, fuera asaltado por cinco matones de la calaña de los agresores, ¿se resistiría al asalto? Si, además, bruscamente le bajan los pantalones y los calzoncillos entre los cinco y lo violan, ¿ofrecería una numantina y heroica resistencia perdiendo incluso la vida? En verdad, me gustaría ver el resultado.
Claro está que los pajarracos de “la Manada” no son raperos antisistema ni peligrosos tuiteros que atentan contra el sacrosanto Estado Español con algún twitter extemporáneo. No son siquiera cinco jóvenes de Alsasua frente a un sargento y un teniente de la Guardia Civil de francachela metidos en una pelea tabernera. Esos si pueden ir a chirona los próximos 12 o 13 años por lesiones, desordenes públicos y amenazas.
La auténtica “manada” no son los cinco verracos ahora en libertad provisional. Son los que permiten que campen a sus anchas desde la magistratura a la política. Son los que han impedido a golpes de prisión o de cargas policiales que un pueblo ejerza su derecho a decidir. Son los que cercenan el derecho a la dignidad personal y colectiva con leyes arbitrarias. Son los que se apropian del trabajo y el sudor de millones de trabajadores para engrosar sus cuentas bancarias. Son los de las Tarjetas Black y los robos legales a través de triquiñuelas bancarias. Son los pajarracos de la Gürtel, los Urdangarín, los Barcenas, Zaplanas, Cristina Cifuentes, Rodrigo Rato, Ana Mato, Ángel Acebes, Ruiz Gallardón, Ignacio González, Pedro Antonio Sánchez, Francisco Camps, Jaume Matas, José Luis Oliva…dignos sucesores de toda una pléyade de fascistas que arranca desde Francisco Franco y sus secuaces.
Con todos ellos, con esa manada, se forma y configura la verdadera “MARCA ESPAÑA”