No todas las particularidades de La Gomera son tradiciones ancestrales, ni costumbres milenarias. También hay algunas que se han desarrollado en los últimos años de forma espontánea aunque comparten el mismo origen: la chispa y creatividad de los nacidos en esta Isla. Entre ellas, se encuentra la afición por disfrutar de la música de las orquestas, especialmente en verbenas y más aún durante el verano.
A lo largo de los años, han surgido en la Isla auténticos talentos, figuras indiscutibles, formaciones musicales que han marcado una época, canciones que se han convertido en himnos y un sonido característico. Incluso único. Algunos lo atribuyen al uso de la guitarra en vez de los instrumentos de viento, como ocurre en otras islas. O a darle más velocidad a los ritmos. O a las dos cosas a la vez.
Orgullo de los sonidos de la Isla
El presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo, se siente orgulloso por los ritmos que despierta la Isla “que han cruzado fronteras contribuyendo a fomentar una mayor popularidad de la Isla, siendo la música una de las señas de identidad de nuestra idiosincrasia gomera”.
Entre las principales bandas se encuentra la popularmente conocida Wamanpy o los legendarios Bajip. Domingo Enrique Prieto Montesinos lleva 28 años formando parte de la primera de ellas. Con el tiempo se han convertido en auténticos supervivientes de la edad de oro de este estilo musical. Tenían tanto éxito que hasta que llegó la crisis en 2012 vivían exclusivamente de la música. Luego tuvieron que parar un par de años y ahora han vuelto a dedicarse a lo que se toman más como una pasión que como un trabajo.
La wamampy
Esta formación musical es de Playa Santiago y cuenta con once miembros, cinco más de los que al principio. Prieto Montesinos es un absoluto defensor de la música en directo y cree que lo contrario “es una estafa”. “Pero al parecer los que estamos equivocados somos nosotros porque seguimos manteniendo que orquesta significa tocar en vivo”, añade. Más que de un sonido especial de la Isla, cree que, en realidad, su originalidad radica en “ofrecer alegría” y para ello optan por los ritmos rápidos. Son el grupo con más actuaciones de la provincia de Santa Cruz y por ejemplo en agosto han sido contratados en 16 fiestas. Aunque lo cierto es que hubo años en los que llegaron a tocar 26 veces en un mes.
Desde su creación han grabado catorce discos uno de los cuales llegó a vender 32.000 copias. Ahora están a punto de sacar otro más. Pero con los cambios que ha experimentado el mercado musical se dan por satisfechos si logran que se compren 2.000. En realidad, siguen grabando más con fines promocionales que otra cosa. “Nos hace mucha ilusión estar en una verbena y oír que están poniendo nuestra música”, indica.
Son innumerables las anécdotas que han reunido en estos años. Una vez se quedaron atascados en un ascensor y llegaron tarde al concierto y en otra dos miembros de la banda mientras iban en el barco no se despertaron a tiempo y acabaron en El Hierro. Asegura que su éxito se basa en tener psicología y saber qué tema deben tocar ante qué determinado público y momento. Años después, la gente sigue llenando la pista cuando suena: La Gomera es, un tema que llegó a ser himno del Carnaval de Santa Cruz en 1998. El homenaje que el Cabildo va a llevar a cabo le parece muy oportuno.
Tere Negrín Hernández fue la batería y vocalista de los legendarios Bajip. Tras la desaparición de la banda formó Guarapo con la que sigue animando las fiestas.
Decidieron disolver la orquesta nacida en Agulo después de una serie de desgraciados accidentes y porque se habían autoimpuesto la condición de que los integrantes debían ser hermanos. Resulta inédito en el panorama mundial que una vocalista tocara a la vez la batería, y menos que sea mujer. Pero este es su caso. “Más de uno me preguntaba cómo era capaz de hacerlo”.
Los Bajip está considerada casi una orquesta mítica y su nombre ha sonado a lo largo del planeta. Hace poco tiempo un señor se le acercó y le dijo que una vez estaba en una fiesta en Australia y bailó al ritmo de Pa La Gomera, su canción señera.
La voz de Tere es inconfundible allá en donde suene. Han vendido miles de grabaciones, pese a lo cual sólo tuvieron un disco de oro, cuando en realidad “seguro que nos merecemos varios de platino”, señala entre risas.
La originalidad del sonido de La Gomera, no tiene duda, en atribuirlo al característico uso de la guitarra eléctrica.
También destacaron porque todos los integrantes cantaban como solistas, según los gustos de cada uno. Aunque nunca hubo peleas a la hora de elegir los temas. El repertorio de Los Bajip estaba compuesto de las canciones que eran más famosas cada verano, a las que trataban con un respeto infinito. “No puedo comprender como hay grupos que para hacer un versión destruyen la melodía. Nosotros teníamos mucho cuidado con eso”.
Sus temas más populares fueron Mi linda señorita y ¡Viva Panamá!. Todavía las toca con su actual grupo y el éxito está siempre asegurado. “Es algo que me llena de orgullo y me llega al alma”, dice. Admite que las nuevas generaciones no viven este estilo como antes, pero los que tienen su edad siguen siendo igual de incondicionales.
Tere está acostumbrada a que la paren por la calle, en los supermercados y hasta en los ascensores y la reconozcan con cariño. “No sé los demás pero les puedo asegurar que Los Bajip llevamos el nombre de La Gomera y de Agulo por todo el mundo”.
El sonido de Pepe Chávez
Hace ya dos años que murió uno de los pioneros de las orquestas de La Gomera, el músico Pepe Chávez. Y es en los veranos cuando más se le recuerda al frente de su banda Los Hermanos Chávez.
Es raro el gomero que no se sabe de memoria, al menos, una de las canciones de este intérprete que seguramente le sirvió como banda sonora de las noches veraniegas.
A él se debe también, en gran parte, el característico sonido de las orquestas de la Isla en el que se mezcla de forma original los ritmos tropicales, con las canciones del verano y alguna que otra balada. Y en ese entramado surgió Pepe Chávez con su particular forma de tocar la guitarra, en la que resuena lo que aprendió de su padre, Domingo Chávez y lo que él mismo aportó de su propia cosecha.