POR MANUEL HERRERA HERNÁNDEZ.- El doctor Arístides Hernández Morán, natural de Santa Cruz de Tenerife, allá por 1953 con 27 años se estableció en la isla de Fuerteventura. Desde el comienzo destacó por la entrega a su labor médica, junto con su atención cultural y social, siendo un colaborador destacado en distintos ámbitos de la sociedad majorera. El interés por los problemas de la Geriatría y Gerontología le ha llevado a participar en varias iniciativas para analizar y buscar soluciones a las personas de edad avanzada. A tal punto que aceptó ser socio fundador de la Sociedad Canaria de Geriatría. La Geriatría se ocupa de promover la salud de las personas mayores, así como el estudio clínico, el diagnóstico, el tratamiento y la investigación de sus enfermedades. La medicina geriátrica es una especialidad de «persona completa». Basado en una sólida infraestructura de medicina general, implica la consideración de las dimensiones psicológicas, sociales y afectivas, junto con evaluaciones funcionales y ambientales. Un geriatra, según Graham Mulley, profesor Emérito de Medicina Geriátrica en la Universidad de Leeds, debe estar al tanto de los aspectos legales, tales como capacidad para el consentimiento, los derechos humanos, tutela, problemas éticos y cuándo investigar o tratar.
Una iniciativa ciudadana reivindicó a finales de 2017 un Hospital Geriátrico en Fuerteventura. Esta iniciativa tiene su origen después de la conferencia en diciembre de 2011 de Arístides Hernández Morán sobre las necesidades sociales de los ancianos. El doctor Arístides Hernández, el profesor Elías Rodríguez y el político Álvaro García fueron los promotores de esta iniciativa popular. Luego un número elevado de vecinos firmaron un escrito dirigido al Cabildo Insular de Fuerteventura exponiendo que, ante la insuficiencia de plazas sociosanitarias para personas mayores en la isla y considerando su aumento constante, resultaba necesario adoptar medidas para paliar este grave problema social. La recogida de firmas apuntaba como objetivo presentar una proposición de Ley de iniciativa popular en el Parlamento de Canarias. Publicaba «La Provincia» del 12 de febrero de 2018 que la Asociación de Vecinos de El Charco iniciaba la recogida de firmas en Puerto del Rosario para solicitar al Cabildo Insular y al Gobierno de Canarias la apertura de un Hospital Geriátrico.
Pronto, el 14 de febrero de 2018, con la recogida de firmas se reivindicaba que la isla cuente con un Hospital Geriátrico a la mayor brevedad. Ante esta iniciativa, Nueva Canarias, Asamblea Municipal de Fuerteventura e Independientes de Fuerteventura, consideraron que el Cabildo reclamara al Gobierno de Canarias la construcción y puesta en marcha del Hospital Geriátrico. Los promotores de la construcción de un Hospital Geriátrico en Fuerteventura entregaron cinco días después, en el registro general del Cabildo 4.000 firmas, que actualmente ascienden a más de 22.000, solicitando el Hospital Geriátrico. Además, el pleno de la Corporación insular aprobó en una sesión plenaria, con unanimidad de todos los grupos políticos, respaldar la iniciativa ciudadana. La declaración institucional del Cabildo destaca que la creación de un Hospital Geriátrico «debe obedecer a una necesidad que hay que cubrir con previsión, y no esperar a que se genere un problema cuya solución sería complicada». Aunque inicialmente la plataforma popular señalaba al antiguo Parador Nacional y la clínica Virgen de la Peña para la situación del Hospital Geriátrico, ahora aconsejaban el entorno del Centro de Salud. A finales de abril de 2018, la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, tras reunirse con la plataforma, consideró que lo fundamental era atender a estas personas mayores con pluripatologías dando una asistencia geriátrica correcta. Posteriormente publicaba «La Provincia», 3 de julio de 2018, que la plataforma para el Hospital Geriátrico se reunió ese día con los distintos parlamentarios majoreros para demandar su apoyo en sus justas reivindicaciones. El alcalde de Puerto del Rosario, Nicolás Gutiérrez, anunció que cedía al Gobierno de Canarias una parcela en las cercanías del Hospital Insular para la edificación del Hospital Geriátrico. Antonio Cabrera en «La Provincia» del 4 de julio publicaba que los parlamentarios majoreros se comprometieron el día anterior, a presentar en el Parlamento de Canarias una iniciativa consensuada a través de una proposición no de Ley para exigir a la Consejería de Sanidad a recoger en los próximos presupuestos de la Comunidad Autónoma una partida económica destinada al futuro Hospital Geriátrico.
Más tarde, el Portavoz de cada Grupo Parlamentario (Nacionalista Canario, Socialista, Popular, Podemos, Nueva Canarias y GP Mixto), presentaron el 17 de julio una proposición no de Ley para su tramitación ante el Pleno de la Cámara. Una semana después se publicó que los grupos políticos con representación en el Parlamento de Canarias presentaron una proposición no de Ley para su tramitación en el pleno de la Cámara con el objetivo de instar al Gobierno de Canarias para que, desde la Consejería de Sanidad, se inicien los trabajos necesarios para poner en funcionamiento una Unidad de Geriatría con 50 y 60 plazas de hospitalización geriátrica. Además, demandan que los trabajos se desarrollen «con la urgencia requerida para que en la dotación presupuestaria de 2019 se cuente ya con una partida económica específica para poder afrontar la obra con cargo a los Presupuestos de la Comunidad Autónoma».
¿Se construirá el Hospital Geriátrico para proporcionar cuidado a largo plazo a los pacientes ancianos con graves condiciones de salud médica y mental? ¿Se atenderán a los ancianos con necesidades de orden médico, como la pluripatología y los problemas de asistencia al crónico, y otras de orden social como la adaptación al medio en que viven y el soporte comunitario? Porque debe aclararse que existe una interrelación entre necesidades médicas y necesidades sociales en la enfermedad. Y es necesario subrayar que, si queremos hacer mejor y más felices a las personas de la tercera edad, debemos recurrir a la fuerza poderosa del buen trato y el cariño. Los ancianos tienen tanta necesidad de afectos como de sol, escribía Víctor Hugo, y una sonrisa a veces puede curar más que todas las excelencias científicas que posea un médico.