Se nos marcha un hombre noble, que nos deja a todos el recuerdo de un ser tenaz y leal con todos aquellos que tuvimos la oportunidad de brindarle nuestra amistad.
Su estela será imborrable cruzando las brumas del alisio sobre su inseparable bicicleta, dando ánimos a quién lo necesitaba en las subidas y bajadas desde nuestras cumbres.
Sergio es un ejemplo de lucha por la vida, sin más. Una vida a la que quería aferrarse más por sus queridos que por él mismo.
Se nos marcha alguien que nos deja un recuerdo para siempre por su forma de ser, por su honestidad y por su gallardía.
Mario Benedetti dijo un día: «Después de todo la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida»
La vida de nuestro compañero fue corta pero importante, especialmente para todos aquellos a los que nos bridó su cercanía.
Todos deseamos mucha fuerza a su mujer, Elena, que sabemos que al igual que hizo Sergio, seguirá luchando por lo que ambos tienen en este Mundo: sus hijos, que todo se lo merecen, especialmente y precisamente por el padre y la madre que han tenido.
Te recordaremos siempre, amigo
Tus compañeros del Club Ciclista El Fogueo