Es imposible entender el desarrollo de La Gomera sin el puerto de Los Cristianos, de igual forma que hubiera sido imposible la explosión económica y social de Adeje y Arona sin la existencia del aeropuerto del Sur. Cuando se dice que las infraestructuras son esenciales para el progreso de una sociedad no se está más que diciendo algo extremadamente obvio.
Los municipios del Sur de Tenerife hoy son la auténtica capital económica de la vecina isla y el motor que arrastra la riqueza hacia sus miles de habitantes. La expansión poblacional ha sido realmente espectacular y ha causado múltiples problemas que hoy siguen lastrando la vida de muchas personas que no encuentran un lugar adecuado para vivir.
Las administraciones locales de la comarca han luchado, a veces en completa precariedad de medios, por dar respuesta a esos importantes problemas. El Sur de Tenerife ha eclosionado como un lugar de riqueza, para sí mismo y sobre todo para otros, pero aún le falta una largo recorrido en el camino el reconocimiento de sus necesidades y en la solución de sus retos. Y es al hilo de esa urgencia que empieza a existir un Sur con su propia voz que busca reivindicar y poner en valor su importante papel en la economía canaria al que debe corresponder también una importante atención a sus carencias. Es la misma batalla en la que están inmersas, desde otra perspectiva, islas como La Gomera.
Esa reclamación de los intereses del Sur de Tenerife no atendidos, puede estar detrás de situaciones actuales que claman al cielo. Por ejemplo, la ausencia de suficientes viviendas sociales para los trabajadores de la zona, dispersos en municipios limítrofes. O el cierre del anillo insular de carreteras, que afectaría la vida de miles de personas, sigue sin producirse y algunos tramos de la vía ya hecha constituyen un inexplicable error como el tramo entre Santiago del Teide y Guía de Isora que se abrió con un solo carril en uno de los sentidos. O la situación del puerto de Los Cristianos ha llegado a un nivel de colapso, por el incremento del número de viajeros y la imposibilidad de mejorar los accesos. O el proyecto de nuevo puerto en Fonsalía, que sigue padeciendo innumerables retrasos a pesar de ser una obra estratégica para el suroeste de la isla y para La Gomera.
En un archipiélago las comunicaciones son las vías respiratorias. El desarrollo turístico y del comercio de exportación de Canarias se ha basado en la existencia de la mayor y mejor conectividad que han tenido jamás nuestras islas. Ese hermoso villancico que volveremos a escuchar en estas Navidades, “Siete sobre un mismo mar”, habla de la diversidad del paisaje y el carácter de cada una de nuestras islas pero debería incluir además la flota de barcos y de aviones que son los que en realidad nos permiten ser al mismo tiempo siete islas y un solo pueblo sobre ese mar que surcamos cada día de forma fácil, barata y segura.
Para La Gomera, el Sur de Tenerife es el otro lado de un mismo puente marítimo y un aliado estratégico. Es un mercado de trabajo de referencia que se encuentra a poco tiempo de distancia y nuestra isla es un destino turístico que ofrece una alternativa de naturaleza y medio ambiente a miles de turistas que quieren un complemento al sol y playa. Además, La Gomera se ha transformado en una despensa de productos agrícolas y pesqueros de excelencia para el mercado de consumidores de la comarca sureña y sus miles de visitantes. Esa interacción comercial y laboral no ha hecho más que crecer y asentarse con el paso de los años y la mejora de las comunicaciones.
Cuando desde la Agrupación Socialista Gomera luchamos con uñas y dientes por la mejora de los accesos de Los Cristianos o el impulso del nuevo puerto de Fonsalía estamos peleando por el futuro de nuestra isla, que está ligado a la mejora de las infraestructuras marítimas que nos unen a Tenerife. Para crecer con inteligencia estratégica, estrechando nuestras relaciones comerciales y sociales con la verdadera capital económica de nuestra vecina isla. La Gomera y el Sur de Tenerife tienen mucho que decirse mutuamente en los años venideros. Y será para beneficio de ambos, sin duda alguna.