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¿Segunda vez?

Francisco Pomares

La dimisión de Eutimio Armas Morales, de Nueva Canarias, como consejero del equipo de gobierno de Belén Allende en el Cabildo herreño, disparó los rumores sobre un acuerdo entre el PSOE y Nueva Canarias para concurrir juntos en la Isla. Al parecer, lo de El Hierro es el comienzo de una operación de Nueva Canarias y el PSOE para concurrir juntos a las elecciones regionales en las cuatro islas de la provincia tinerfeña. Una operación que ya se habría cerrado en la Isla del Meridiano (de ahí la dimisión de Eutimio), y en la de La Gomera (donde los socialistas han sido incapaces siquiera de proponer un candidato contra Curbelo en el Cabildo, y se negocia en La Palma y -con alguna dificultad- en la isla de Tenerife.

Desde Nueva Canarias se ha filtrado que las negociaciones con el PSOE canario están muy avanzadas, aunque no cerradas, ni tampoco afectan a la totalidad de los escenarios: se trata de llegar a acuerdos en algunos municipios, y en las listas al Cabildo y al Parlamento por la circunscripción insular. PSOE y NC mantendrán separadas en todas las islas sus respectivas candidaturas regionales al Parlamento de Canarias, y solo se espera el cierre de acuerdos de largo recorrido en las islas de la provincia tinerfeña. Parece ser que Torres está empeñado en materializar ese acuerdo, pero dejando fuera a la provincia de Las Palmas, donde Nueva Canarias tiene más peso que en Tenerife.

La historia reciente de los acuerdos entre los nacionalistas de Nueva Canarias y el PSOE se inició cuando el ex secretario general socialista José Miguel Pérez cerró un pacto de integración de candidaturas al Congreso y el Senado que habría de representar -según los cálculos socialistas- aislar a Coalición, al tiempo que se lograba un diputado más por Gran Canaria en las elecciones generales de 2015. Lo cierto es que no solo no se logró un diputado más (la coalición PSOE-NC obtuvo solo dos, uno de ellos Pedro Quevedo), sino que, además, el PSOE perdió a su senador por Gran Canaria en el Senado, al concentrarse los votos de Nueva Canarias en su candidata, María José López, finalmente elegida. Esa coalición, que implicaba el compromiso de Nueva Canarias de votar la investidura de Pedro Sánchez, saltó hecha añicos cuando Nueva Canarias apoyó los presupuestos de Mariano Rajoy en 2016. A partir de ese momento, se rompió el amor, que volvió a recuperarse parcialmente cuando Quevedo respaldó la censura de Sánchez a Rajoy. No tanto, por supuesto, como para regalarle de nuevo un diputado al Congreso y una senadora a Nueva Canarias. Eso no. Rota la opción de ir juntos en Gran Canaria, Ángel Víctor Torres ha ensayado este formato de acuerdos preelectorales en las islas de la provincia tinerfeña, amparándose en el objetivo de frenar la operación de Casimiro Curbelo, que intenta extender su Agrupación Socialista Gomera a la isla de Tenerife, y parece contar con caladeros de votos en Adeje, Arona, Guía de Isora y también Taco. El PSOE quiere demostrarle a Curbelo que puede reaccionar creándole problemas en La Gomera. Pero eso es una cosa y otra que el acuerdo llegue a prosperar en Tenerife. Se trata de una apuesta difícil de aceptar para los socialistas tinerfeños, sobre todo si implica alguna cesión de poder o representación a Nueva Canarias, un partido con escaso peso en la Isla, más allá de su alianza con Santiago Pérez en La Laguna.

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