Para Sí se puede, la subida de sueldo de los equipos de gobierno de Vallehermoso y Agulo “demuestra una falta de ética política que se apliquen una segunda subida de sueldo en la legislatura”. “Esto es claramente significativo de que no hay vocación por la política, sino que hacen de la política una forma de ganarse la vida. Esto se agrava ya que se aplican subidas de sueldos en los municipios más empobrecidos de La Gomera y de Canarias, tal y como han demostrado los datos de la Agencia Tributaria y los indicadores estadísticos en Canarias”, afirma Alejandro García Vera, portavoz de la formación progresista en Vallehermoso.
Los datos no son mejores en Valle Gran Rey, donde el gobierno local ha permanecido inmóvil ante una parálisis general de la administración del municipio. “Hemos estado durante mucho tiempo con la biblioteca municipal y la oficina de turismo cerradas, la vivienda tutelada con una gestión bastante discutible, la escuela infantil con la eterna amenaza de cerrarse y, por supuesto, con un ataque continuo del alcalde a funcionarios del ayuntamiento, lo que lejos de favorecer el trabajo… lo dificulta mucho más, y todo esto en medio de la improvisación y la ausencia de gestión”, señala Sandra Ramos, portavoz de Sí se puede en el municipio.
La capital de la isla también ha sufrido el mal gobierno. “En este último año ha seguido habiendo unas altas tasas de paro en San Sebastián, superándose los 700 desempleados de media en el municipio y continúan repitiéndose los retrasos en las obras programadas. Servicios como los de abastecimiento de aguas o alumbrado público han seguido sufriendo grandes dificultades. Esta situación de pseudoparálisis se nota en todas las áreas de gobierno del Ayuntamiento y como ejemplo podemos decir que no se ha llevado ningún acta a aprobar de los plenos de todo el año 2018”, señala Roberto Padrón, concejal ecosocialista en el municipio capitalino.
La formación de izquierda, en un compromiso con la transparencia, también ha exigido que se graben los plenos de los ayuntamientos y del Cabildo de la isla, aunque siempre con la negativa de los gobiernos de Agrupación Socialista Gomera (ASG) y Coalición Canaria (CC).
“Desgraciadamente tampoco tenemos logros en participación ciudadana o transparencia, normalmente no se emiten los plenos, hace mucho que no se publican en la web las actas de los mismos, o cuando conseguimos que algún concejal responda a las solicitudes de comparecencia, luego no se le pueden hacer preguntas” ahonda Padrón.
En la institución insular, la formación ecosocialista denuncia un uso partidista del gabinete de prensa. “Están trabajando en continua campaña para Curbelo y su partido, la información sobre la actividad institucional es secundaria”, señala Rubén Martínez, consejero insular de Sí se puede. Los ecosocialistas gomeros denuncian que Curbelo ha convertido el pleno del Cabildo en poco menos que una “notaría”, donde solo se debe ir a levantar la mano o a hacer acto de presencia. “Cuando planteamos una postura distinta o le debatimos alguna cuestión, responde de una forma tosca y agresiva que embarra el debate”, señala Martínez.
Lamentablemente no es el único problema en la institución insular, Martínez también señala la falta de respuestas por parte de los consejeros del equipo de gobierno cuando se les formulan preguntas o las continuas malas prácticas del grupo de ASG, que rechaza las mociones que presenta Sí se puede en el Cabildo, para luego copiarlas y llevarlas como suyas al Parlamento de Canarias. “Copiaron la moción sobre el precio de los combustibles en La Gomera, la moción sobre fondos marinos y recursos pesqueros, nuestra moción sobre las cláusulas sociales de contratación que incumplía Ralons, etc. Curbelo parece no tener ideas propias”, explica Martínez.
La formación progresista además ha sufrido un obstruccionismo interesado cuando ha solicitado en reiteradas ocasiones consultar expedientes. Los ecosocialistas recuerdan que tanto en los ayuntamientos como en el Cabildo no se han respondido a solicitudes de información o se han condicionado con trabas, como que solo se podían consultar los expedientes en un lugar físico determinado y en una franja delimitada de tiempo.