He hablado por teléfono con personas que están viviendo una situación desesperada al otro lado del Atlántico que me ponen los pelos de punta. Escuchar el testimonio de canarios que malviven en Venezuela es realmente dramático. Porque están viviendo con miedo por sus vidas en medio de la inseguridad, de bandas de maleantes armados, acosados por el hambre y la pobreza. No hay nada para comer y nada con qué comprarlo. Ese es el desastre al que se ha llevado a un país rico y es la razón por la que la gente se ha tirado a la calle para poner el pecho delante de las balas.
Me indigna que algunos políticos de la caverna de la derecha más rancia digan que es el socialismo el que ha llevado a Venezuela a la ruina. El socialismo busca la justicia social y la igualdad entre los seres humanos pero no se impone con la fuerza de los tanques ni condena a los pueblos a la miseria. Han sido los democristianos, los liberales y los socialdemócratas los que han llevado a Europa por el camino del bienestar que hoy disfrutamos y que se hace casi doloroso cuando pensamos en cómo están hoy nuestros hermanos venezolanos.
Hace no mucho tiempo, Venezuela era un país rico y un centro de negocios en el Caribe. ¿Con desigualdades y pobreza? Claro que sí. Por supuesto que había un ejército de pobres que se extendían por los ranchitos de los cerros de Caracas, a los que cantaba Ali Primera:»qué triste suena la lluvia en los techos de cartón». Hoy, en cambio, la pobreza y el hambre se ha adueñado de toda la sociedad.
Lo que se cargó el país no fue la corrupción, que era importante, sino el descrédito de los políticos y el fracaso de los partidos tradicionales en dar respuesta a las demandas sociales. ¿Les suena de algo? En ese caldo de cultivo empezaron a surgir descontentos que hablaban de soluciones radicales y encantaban al pueblo con un lenguaje nuevo y la promesa de que si ellos mandaran se iban a terminar todos los problemas. ¿Les suena también? El comandante Chávez intentó primero un golpe de Estado, como Tejero en España, y acabó en la cárcel. Pero fue indultado y puesto otra vez en la calle. Transformado en un personaje mediático, se presentó a unas elecciones y las ganó. Y fue entonces cuando Venezuela empezó a caminar hacia la profunda crisis social, política y económica que padece hoy.
Esta semana, el Parlamento de Canarias debatirá qué medidas podemos adoptar en las Islas. No nos podemos poner de lado, ignorando que al otro lado del mar viven canarios y descendientes de canarios a los que debemos tratar como parte de nuestra comunidad. Y tampoco podemos dejar solo a un pueblo venezolano que ha salido a la calle para luchar a brazo partido por su libertad y pedirle a Nicolás Maduro que se vaya.
La presión internacional pidiendo elecciones libres y con garantías de imparcialidad es abrumadora. El Parlamento de la Unión Europea, como ya han hecho otros países, ha reconocido a Juan Guaidó como el legítimo presidente de Venezuela, lo que sitúa a Maduro cada vez más cerca de una situación insostenible a nivel exterior. Y especialmente orgulloso me siento del presidente del Gobierno de nuestro país, que ha dado un paso al frente llamando «tirano» al gobernante que, como Maduro, pone al ejército a reprimir a su propio pueblo.
A un nivel más modesto, nosotros tenemos que hacer algo. Las islas deben ayudar a los canarios que están en Venezuela haciéndoles llegar de una manera segura y viable, alimentos, medicinas y bienes de primera necesidad. Y Canarias debe liderar las acciones políticas que sean necesarias para que ese plan de ayuda sea también un objetivo de España y de la Unión Europea, que debe ampliarlo a los millones de venezolanos que se encuentran en un clarísimo riesgo vital por la insuficiente alimentación y la precariedad de la atención sanitaria.
Es el momento de recordar a nuestra familia que está en esa ‘novena isla’ de América del Sur, sufriendo junto al pueblo venezolano del que ya forman parte indisoluble. Debemos darles la oportunidad de encontrar una nueva vida en libertad y debemos luchar junto a toda Venezuela y los venezolanos por el fin de la dictadura y el regreso a la libertad, la democracia y la seguridad.