La Gomera es una Isla con un sabor propio. Comparte con las demás las raíces de la gastronomía canaria pero sus productos y platos tienen un característico acento gomero que los diferencia del resto. El suave dulzor de la miel de palma, el aroma inconfundible del almogrote y sus distinguidos vinos procedentes de variedades únicas y ancestrales como la forastera, hacen que hasta el paladar más exigente caiga rendido a los pies de tan suculento banquete.
Pero no sólo la gastronomía habla por sí misma de La Gomera. Su artesanía, fruto del esmero y dedicación de las manos que han dado forjado piezas únicas, generación tras generación, aporta un valor indiscutible a la riqueza cultural y al patrimonio de la Isla. La ristra, la cerámica, las piezas de carpintería o de alfarería son sólo una pequeña muestra del trabajo realizado por los gomeros y gomeras, que han logrado moldear piezas singulares que bien merecen un lugar destacado en la cultura y tradición canaria.
Son muchos los rincones en el mundo en los que se conocen las mañas de los gomeros y gomeras, y desde esta semana, las delegaciones de Cabo Verde, Madeira y Azores han podido disfrutarlas y saborearlas de primera mano.
La celebración en la Isla del IV Congreso Mundial de Territorios de Terrazas y Bancales, organizado por la Alianza Internacional de Territorios de Terrazas, junto al Cabildo de La Gomera y otras administraciones, ha sido el escaparate perfecto para mostrar la riqueza y variedad, tanto gastronómica como artesanal de la Isla. Una decena de artesanos participaron el pasado viernes en la muestra que se mantuvo abierta a lo largo de la jornada de clausura del simposio, que sin duda, sirvió para abrir boca a muchos de los congresistas que se dieron cita en torno a este evento mundial, que acoge La Gomera por cuarto año consecutivo.
La exposición albergó un amplio stand en el que se dio buena muestra de los productos gastronómicos típicos que ofrece la Isla amparados bajo el paraguas de ‘Alimentos de La Gomera’. Quesos, mojos y almogrotes llenaron una mesa en la que tampoco faltaron los dulces y la mermelada cocinada a fuego lento en los fogones gomeros.
Y como todos estos alimentos precisan de un buen caldo que los riegue, el sello distinguido del Consejo Regulador D.O. Vinos de La Gomera también tuvo su lugar destacado en esta gran mesa.
Los invitados también pudieron conocer más sobre las labores artesanales, ya que comprobaron in situ todo el proceso de creación de estas piezas de ristra, cestería, carpintería y orfebrería.
Dolores Padrón ha dedicado casi toda su vida a la labor de la artesanía y este pasado viernes tampoco faltó a la cita de esta nueva muestra. Ataviada de diversos materiales con los que realiza sus productos como la penca, la ristra y la vara del dátil muestra sus dotes en el arte de tejer.
Explica orgullosa que las mañas para tejer la penca se las enseñó su suegra, mientras que las habilidades para trabajar la ristra y la vara se las transmitió dos amigos suyos de la Isla y lamenta que las nuevas generaciones no quieran seguir los pasos de esta profesión, debido a los sacrificios que supone dedicarse a la misma.
Dolores Padrón lleva casi 50 años haciendo objetos únicos con los materiales que da la propia naturaleza. Sus manos expertas han dado forma a auténticas joyas de cestería, que hoy muestra a residentes y visitantes. Sus sombreros marcan su propia tendencia y sus alfombras decoran y calientan muchos hogares. “Siempre que puedo participo en estas ferias que organiza el Cabildo, que sin duda, son un apoyo a la hora de vender nuestros productos y dar a conocerlos en otras partes del mundo”, indica.
Marco Andrea Cassone, que también participó en la muestra, es presidente de la Asociación de Artesanos Tacalcuse. Nació en Italia pero hace muchos años que reside en La Gomera, donde ha decidido asentarse y dedicarse a la artesanía. Ha dedicado casi toda su vida a esta profesión y asegura que la Isla ha propiciado e impulsado su labor. “El hecho de tener un carné de artesano es una herramienta más para ser visible y dar a conocer tu trabajo, abriéndote las puertas a la participación en numerosas ferias”, explica.
Si bien dedica interminables horas a moldear piezas que conforman joyas únicas, asegura que lo que más le llena es impartir clases, “ya que de esta forma, garantizamos la supervivencia de esta profesión”. Mientras conversa no cesa de dar forma a un brazalete realizado a base de latón, una aleación de cobre y zinc. “Esta pieza me llevará más de dos horas de trabajo y dedicación”, aclara.
Reconoce que gracias a la labor del Cabildo se han mejorado los puntos de venta y se ha logrado un mayor alcance, pide que no se baje la guardia para que la artesanía refuerce la salida a los productos y siga avanzando para mejorar sus posibilidades de venta. Entre otras medidas, destaca la importancia de poner puntos de venta de forma permanente en los municipios de mayor afluencia de turismo.