POR PEDRO SÁNCHEZ PÉREZ -CASTEJÓN.- En el acceso principal a la sede del PSOE, en la madrileña calle Ferraz, un busto de grandes proporciones llama la atención de quienes entran en el edificio. Es la efigie del fundador del partido, Pablo Iglesias Posse.
La escultura, obra de Emiliano Barral, permaneció enterrada, oculta en el parque del Retiro durante los casi cuarenta años que duró la dictadura franquista, gracias al valor de quienes se jugaron la vida para salvarla de una segura destrucción. No fue sino hasta la restauración de la democracia en España cuando el busto del fundador del PSOE pudo ser recuperado.
Es un relato de profundo valor simbólico, que ilustra hasta qué punto la historia del PSOE y la de España están entrelazadas en los últimos 140 años.
El PSOE es un actor fundamental para entender la España de hoy. No sólo por la fuerza con que hunde sus raíces en la historia, o por haber sido protagonista en el pasado de las grandes transformaciones vividas por la sociedad española. Sino porque tiene la vocación y la fuerza necesarias para seguir siéndolo en el futuro.
Asumimos ese papel con orgullo. Y también con un gran sentido de la responsabilidad que nos ha acompañado en todo momento; cuando hemos tenido que asumir la tarea de gobierno unas veces o de la oposición en otras; con nuestra contribución al consenso constitucional o con la defensa inquebrantable de la libertad desde el dolor de la represión, que tantas mujeres y hombres sufrieron en nombre de estas siglas.
España, en su extraordinaria diversidad territorial, cultural y lingüística, ha sido la razón de ser de un partido como el nuestro, presente con fuerza significativa en todos los rincones de nuestra geografía. Somos conscientes de lo que este hecho representa. Del papel central que nos corresponde ocupar, en un tiempo en el que la confrontación y los vetos mutuos amenazan con dañar la convivencia y frenar la consolidación del gran acierto que supuso la España de las autonomías y los ayuntamientos democráticos. Si algo identifica al PSOE es su capacidad para comprender esa diversidad como una fuente de riqueza, como una oportunidad que nos hace únicos como país.
Por eso seguimos mereciendo la confianza mayoritaria de una ciudadanía que sabe de nuestras credenciales. Por eso seguimos siendo el partido joven y vital que siempre fuimos: porque nunca hemos dejado, ni por un momento, de mirar de cerca a la sociedad para entender sus demandas. Ese factor es el que hace del PSOE una fuerza capaz de entender y liderar las grandes transformaciones sociales que nuestro país requiere, a las puertas de una nueva década que encaramos con confianza plena en lo que España es capaz de alcanzar.
Si algo define al PSOE en su trayectoria es su compromiso irrenunciable con la justicia social y la defensa de la igualdad. Nunca abdicaremos de esa responsabilidad, que nace de convicciones profundas; pero también de la certeza de que no hay agente más corrosivo para la democracia que la inacción ante el avance de la desigualdad.
Es lo que nos ha llevado a abanderar la lucha por la igualdad en defensa de los derechos de las mujeres en España, o la conquista de libertades cívicas que amparen la diversidad, en una sociedad que ya no acepta la imposición de una moral única, dominante y excluyente. Es lo que nos mueve para trabajar día a día en la defensa de la sanidad pública y en un sistema educativo de calidad, con el fin de que las condiciones de partida en la vida no determinen lo que una niña o un niño puedan alcanzar el día de mañana.
No se puede disociar la historia de España de la del PSOE en estos 140 años. Hemos compartido penas, pero también alegrías; el desgarro del exilio y la pérdida de la libertad. Pero también la esperanza de la España constitucional que se abrió paso con nuestro compromiso.
Fuimos, somos y seremos las siglas de la concordia para construir una España abierta al mundo y al proceso de construcción europea, que Gobiernos socialistas impulsaron con decisión en el pasado y por el que siempre trabajaremos con determinación y entusiasmo.
Hoy el PSOE se reivindica una vez más como el baluarte de quienes creen en los valores de progreso y solidaridad en España. De quienes defienden los principios de la socialdemocracia como el mejor camino a seguir ante desafíos como el que representa el cambio climático. De quienes comparten la visión de una España que no se rinde ante la adversidad ni se entrega al fatalismo de la confrontación estéril.
El PSOE cumple hoy 140 años de vida. Y, pese al tiempo transcurrido, sigue siendo el partido más joven de España. El partido que mejor ha sabido interpretar los cambios sociales en nuestro país y con el que la ciudadanía, vote lo que vote y piense como piense, siempre podrá contar como garantía de estabilidad, progreso e igualdad.