El pueblo de Arure recibió este jueves, con motivo de la celebración del Día de Canarias, la Medalla de Oro de Canarias, máxima distinción que otorga la comunidad autónoma en reconocimiento de un tradición que perdura en esta localidad de Valle Gran Rey, gracias a la dedicación y al esmero de sus vecinos y vecinas.
El Ramo de Arure es mucho más que fruta engalanada, es toda una obra de arte sagrada que a modo de ofrenda, realizan con esmero para homenajear a la Virgen de La Salud y a San Salvador. Ello le ha valido para obtener este galardón que recogieron los vecinos Cheo Porro y Concepción Trujillo en representación de todo el pueblo.
El presidente del Cabildo de La Gomera en funciones, Casimiro Curbelo, asistió al acto institucional, que se celebró en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria, junto a otros miembros de la Corporación insular quienes fueron partícipes de la emoción de los receptores de la medalla.
Curbelo aprovechó la ocasión para reconocer, una vez más, la labor de los vecinos y vecinas de Arure por su contribución a la conservación de El Ramo. “Un galardón que supone todo un reconocimiento a las generaciones que han dedicado gran parte de su vida a mantener esta expresión cultural y artística, preservándose con identidad propia y proyección envidiable”, indicó.
Asimismo, dedicó palabras de agradecimiento a los miembros de la ‘Asociación El Ramo de Arure’, de reciente creación, cuyos miembros salvaguardan la identidad de esta expresión cultural, siendo partícipes de numerosos actos durante el año, con el objeto de divulgar las características de esta singularidad.
Por último, incidió en la importancia que supone para La Gomera obtener este nuevo reconocimiento, que se suma al que consiguieron las loceras de El Cercado, el pasado año y a los guaraperos de Alojera, en 2017. “Todas estas Medallas de Oro identifican una tradición cultural y un arraigo de tradiciones que son muy relevantes para la Isla”, comentó.
El Gobierno de Canarias también otorgó la Medalla de Oro de Canarias a la organización COAG Canarias; la Asociación Corazón y Vida de Canarias; las hilanderas de seda de El Paso, al miembro fundador de la Sociedad Cooperativa Limitada de Ganaderos de El Hierro Manuel Padrón; la Agrupación Folclórica de Coros y Danzas de Arrecife; UD Granadilla Tenerife Egatesa; al programa de dinamización sociocultural e intervención social «Ansina», del Cabildo de Tenerife; y a la promotora del Colegio Canterbury de Las Palmas de Gran Canaria Beryl Pritchard.
A título póstumo también recibió este galardón Octavio García, uno de los 200 homosexuales que fueron encarcelados en la colonia agrícola de Tefía, en Fuerteventura, por la Ley de Vagos y Maleantes durante el Franquismo.