Las direcciones de Coalición Canaria (CC) y el Partido Popular (PP) creían este miércoles por la noche tener cerrado un acuerdo para constituir un Gobierno presidido por el popular Asier Antona con el apoyo de Ciudadanos (Cs) y la Agrupación Socialista Gomera (ASG), pero todo se torció en unas pocas horas.
El pacto que iba a llevar al PP por primera vez a la Presidencia del Gobierno de Canarias parecía tan seguro, que hasta el secretario general del partido, Teodoro García Egea, y el vicesecretario de Organización, Javier Maroto, habían volado esta mañana a Las Palmas de Gran Canaria en previsión de que pudiera anunciarse este jueves, según han corroborado varias fuentes de la negociación.
Y no solo lo creyeron así en el PP, sino también en otras fuerzas políticas, que durante la tarde-noche del miércoles barajaban nombres de posibles consejeros para su cuota en el Gobierno.
Pero todo se enredó en el curso de unas horas para acabar dando un giro de 180 grados, cuando, poco después de las 13:00, los teletipos anunciaban que el socialista Ángel Víctor Torres había conseguido el compromiso de toda el ala izquierda del nuevo Parlamento canario para hacerle presidente, incluidos los tres diputados de la ASG, a los que CC y el PP creían haberse ganado.
Las cosas habían comenzado a cambiar varias horas antes, en dos escenarios: en Las Palmas de Gran Canaria, donde CC había celebrado una reunión de urgencia para tomar sus últimas decisiones antes de sentarse de nuevo con García Egea, y en Santa Cruz de Tenerife, donde el PSOE conseguía reunir por primera vez en torno a la misma mesa todos los líderes de la izquierda, su candidato Torres, Román Rodríguez (NC), Noemí Santana (Sí Podemos) y Casimiro Curbelo (ASG).
Asier Antona también estaba a primera hora de la mañana en Santa Cruz, pero con otra finalidad: acompañar a Mariano Rajoy en el foro de «Diario de Avisos», donde apenas permaneció unos minutos. Los justos para reunirse a solas con el expresidente y para entrar juntos a la sala del Hotel Mencey donde se ofrecía la conferencia.
El líder del PP canario abandonó el hotel con cara de circunstancias, mientras al auditorio le llamaba la atención los insistentes elogios de Rajoy a su trayectoria y al talante abierto, moderado y centrista que ha percibido en él durante estos años.
Según las fuentes consultadas, Antona sabía que García Egea y Maroto estaban en ese momento en la sede principal del Partido Popular en Las Palmas de Gran Canaria, pero acababa de enterarse de que se les había sumado una tercera persona: el secretario general de Coalición Canaria, José Miguel Barragán.
Barragán había comunicado a la dirección nacional del PP que para salvar definitivamente el veto de Ciudadanos a Fernando Clavijo por su imputación en el «caso Grúas», los nacionalistas se avenían a considerar por primera vez la opción de dejarlo fuera del Gobierno.
Era un paso más respecto a lo que ya habían hablado hace una semana, cuando CC intentó romper la dinámica de pactos que la arrinconaba en toda Canarias (la izquierda en el Gobierno autonómico y el PP más el PSOE en cabildos y ayuntamientos) con una oferta inédita: que el candidato popular presidiera la comunidad autónoma.
Pero Barragán también trasladó esta mañana al PP otro mensaje: para que CC aceptara el doble sacrificio de ceder la Presidencia a una fuerza política a la que dobla en diputados (20 frente a 11) y, al mismo tiempo, dejara a Clavijo fuera del Gobierno, el líder de los populares canarios debía hacerse también a un lado. Su condición era que el nuevo Gobierno canario no lo presidiera Antona, sino su número 2, la secretaria general del partido, Australia Navarro.
Las fuentes no han precisado si la dirección nacional del PP transigió o no a ese ultimátum, pero sí que ese es el escenario que Antona se encontró al regresar desde Tenerife a la sede del partido en Gran Canaria y comprobar que allí estaba también el líder de CC.
En paralelo, en Tenerife la ASG, que se ha dejado querer durante tres semanas por las dos opciones con capacidad para formar gobierno, hacía llegar a los medios que a lo largo de la mañana Casimiro Curbelo, su fundador, haría pública su decisión.
En el PP y CC intentaron mover sus últimos hilos, conscientes de que el Gobierno de Canarias se les escapaba. Pero parecía tarde: A Curbelo lo han visto ya entrar en la sede del Parlamento en Santa Cruz de Tenerife y era público que estaba sentado, por primera vez desde que comenzaron las negociaciones, con los tres líderes del bloque de izquierdas, PSOE, Nueva Canarias y Podemos.
En cuestión de minutos, el pacto llegó a las redacciones periodísticas y, poco después, era confirmado con un comunicado conjunto y con una foto de grupo de sus cuatro protagonistas.
Y todo ello, en vísperas de que se constituyan los cabildos, donde el PP canario aún puede jugar sus bazas en plazas muy importantes, como Tenerife o La Palma, y los votos de los consejeros populares pueden decantar esas corporaciones hacia el PSOE o CC.