Los tres hombres decidieron el 4 de enero de 2018 comprar conjuntamente un billete de lotería para el sorteo de Reyes del día 6, y pusieron entre los tres los veinte euros para el boleto.
Además, quedaron en comprar un número terminado en 85, y así lo hicieron -el 05685- en un despacho de la calle Lehendakari Aguirre, en Deusto (Bilbao).
Tras comprar el décimo, los tres amigos fotografiaron el número con sus teléfonos móviles como garantía. Tras ser premiado el boleto con doscientos mil euros, el amigo que lo tenía en su poder y luego acusado lo cobró dos días después, el 8 de enero, y se quedó todo el dinero.
En el juicio, este acusado sostuvo que el décimo era solo suyo, y justificó las fotos que le hicieron los tres al billete «por si él estuviese fuera, y así le podían dar una sorpresa», una explicación que para el tribunal es «pueril».
Además, el acusado expuso que, de los doscientos mil euros, cuarenta mil se los había quedado Hacienda, otros 73.000 los envió a su familia y el resto se los habían embargado, así que ahora vivía de la Renta de Garantía de Ingresos.
El Tribunal no ha creído su versión y le ha condenado a dos años de prisión y a indemnizar a cada uno de sus dos amigos con un tercio del premio, es decir, 66.667 euros a cada uno, más los intereses.