En esta primera semana de agosto son muchos los que deciden hacer sus maletas y conocer otros lugares aprovechando las vacaciones de verano. Unas fechas en las que el trasiego en puertos y aeropuertos se une a la alegría y el jolgorio que se vive en los pueblos, ya que son muchas las familias que marcan en su calendario festivo estos días y apuestan por regresar a la tierra que les vio nacer y reencontrarse con sus antiguos vecinos.
El refranero popular tiene entre sus muchas frases una de ellas que es especialmente recurrente que dice: “recordar es vivir”, y es que en La Gomera los soleados días de agosto invitan a los gomeros y gomeras a reunirse en torno a una mesa en la que no falta ni el almogrote ni nuestros dulces y galletas para rememorar momentos familiares, con amigos de la infancia y como no, las fiestas populares y aquellos recuerdos que se han quedado grabados en la mente de las noches eternas de verbena y de esos primeros amores.
La Isla no sólo recibe estos días a los gomeros que retornan por vacaciones sino que también convive con los miles de turistas que llegan en busca de ese destino ideal para descansar y disfrutar de la naturaleza. El sol y la playa es un complemento más. Aquí lo que importa es perderse por los senderos del Parque Nacional de Garajonay o surcar la costa sur en busca de delfines y calderones, a bordo de pequeñas embarcaciones de recreo.
Ya decían algunos asiduos a la Isla que este lugar enamoraba desde que desembarcabas en el puerto de San Sebastián y palpabas la hospitalidad de su gente. Y sin duda, algo de ciertas tienen que ser estas palabras pues los últimos datos turísticos nos sitúan como la Isla que mayor incremento porcentual registra de viajeros alojados, con un 12,7% más que en junio del pasado año. Unos buenos datos que nos sirven de impulso para continuar en nuestra senda por la apuesta de un modelo de desarrollo turístico sostenible.
En estos últimos cuatro años este ha sido nuestro objetivo. Ya lo hemos dicho. Somos un territorio frágil y limitado. Preferimos continuar en la línea de los pequeños alojamientos rurales y las viviendas vacacionales, junto a una oferta de actividades diferenciadas.
Sería ilógico querer ofrecer lo mismo que otras islas. Cuando los visitantes llegan a La Gomera son conocedores de que recalan en un destino único, pero somos nosotros, los gomeros y las gomeras, los responsables de que su paso no sea un mero destino más en sus viajes sino que se convierta en una experiencia inolvidable y que además sean nuestros mejores embajadores de regreso a sus países para que nos visiten sus amigos y familiares.
Por eso estamos empeñados en ofrecer otro tipo de bondades, más allá del sol y la playa. Nuestra Isla nos las ofrece así que ¿por qué no aprovecharlas? En este tiempo hemos apostado por diversos atractivos naturales como la divulgación y protección de las aves, algo que hemos fomentado mediante el turismo ornitológico.
Nuestras carreteras invitan a disfrutar de los abruptos y escarpados paisajes que se entierran en profundos barrancos que desafían al vértigo de los visitantes. Estas vistas son todo un reclamo y nada mejor que recorrerlas en bicicleta, un transporte sostenible que cuida de nuestro medioambiente, por lo que decidimos atraer a cicloturistas a través de la puesta en marcha de diferentes rutas para ciclistas que se encuentran recogidas en el mapa de senderos con información en cuatro idiomas.
Y por supuesto, nuestro atractivo indudable son los senderos, que nos conducen a lugares mágicos como El Cedro. Cada año son miles de turistas los que deciden perderse entre nuestra naturaleza y mochila en mano recorren cada uno de estos rincones naturales para regresar a sus países con extra de oxígeno en sus pulmones. Son cerca de 60 los senderos que tienen para elegir, que se adaptan a las necesidades de cada visitante, en cuanto a recorrido y dificultad.
No puede decirse que seamos un destino turístico más y prueba de ello son los últimos datos del mes de junio, en los que hemos superado las 60 mil pernoctaciones, lo que entendemos que es una clara muestra de que somos un lugar diferenciado, que ofrece numerosas alternativas y que ante todo, cuida de los turistas que cuidan de nuestro entorno.